Lo extraterrestre está de moda, lo cierto es que lleva décadas de moda, y aunque las noticias del día a día son bastante graves como para andar perdiendo el tiempo en menudencias, hay una parte entretenida en ellas que atrae la atención del respetable.
El asunto del origen extraterrestre de la vida en la Tierra y la influencia de esos seres en la cultura humana es recurrente. No se si ustedes verán el canal Historia, pero desde hace años sus dos obsesiones principales son los nazis y los extraterrestres. Raro es encontrar un documental que no hable de alguno de ellos. En la prensa sucede otro tanto, un suceso misterioso en el cielo y ya tenemos páginas y páginas especulando al respecto. Hasta el Congreso de Estados Unidos se interesa por el tema.
Yo no voy a ser menos, así que me permitirán que exponga mis puntos de vista sobre estos temas.
Por lo pronto hay teorías, y no del todo alocadas, que proponen que la propia vida es de origen extraterrestre, que de alguna forma un meteorito con materia biológica se estrello contra la Tierra primitiva y a partir de ahí se desarrolló la vida en el planeta. Recuerdo una historieta (aunque no autor y menos aún título) leída hace años donde el origen de la vida en la tierra era un... apretón alienigena.
El primero en sugerir esta posibilidad fue Svante Arrhenius hace más de un siglo. Esa teoría se denomina panspermía y pretende que ciertos microorganismos llegaron a la Tierra a bordo
de meteoritos. Me dirán, ¿pero esos microorganismos pueden soportar las condiciones extremas del vacío interestelar? No es imposible, en la propia Tierra tenemos los extremófilos capaces de soportar condiciones que habitualmente relacionamos con la esterilización. Lo asombroso del asunto es que se han realizado experimentos con esporas y microorganismos y se ha descubierto que no es imposible que pudieran sobrevivir al cataclismo de la dispersión, al viaje y al impacto final.
Por supuesto, en la ficción tenemos una cantidad enorme de relatos en los que se sugieren de las más variadas forma que la vida en la Tierra fue sembrada por extraterrestres con diversas intenciones. En LA COSECHA DEL CENTAURO Guillem Sánchez y Eduardo Gallego hablan de ello, otra variante es el sembrado
de inteligencia, como 2001, UNA ODISEA DEL ESPACIO.
Otras teorías avanzan un poco más y dicen que los propios humanos no somos de éste planeta, sino los descendientes de un naufragio de hace cientos de miles de años. Puede parecer atractiva, pero la genética que nos relaciona con el resto de los mamíferos del planeta la hace poco probable, aunque series como Battlestar Galáctica la proponían alegremente.
Mencionar también a Ursula K. Le Guin, que propone una raza antigua que fue sembrando la galaxia por modificaciones genéticas de si mismos, adaptadas a cada planeta. De esa forma tan sencilla resuelve el hecho de que todos los extraterrestres son humanoides cuando no humanos compatibles entre ellos.
Leí hace años un relato bastante curioso (de nuevo la maldita memoria) en el que una nave alienígena naufragada era el origen de la vida en la Tierra, pero la particularidad era que los tripulantes habían muerto en el accidente sobreviviendo únicamente los androides auxiliares, capaces de autorrepararse y autorreproducirse... y por supuesto dando origen a la humanidad.
Siguiendo el paso del tiempo llegamos a las civilizaciones antiguas, esto es, babilonios, egipcios, incas, y los eruditos
no hacen más que afirmar que los logros monumentales de esas civilizaciones primitivas
con gracias a la ayuda o de mano de extraterrestres. Los dioses astronautas se les llama. Erich von Däniken fue su profeta y STARGATE la culminación cinematográfica de esta conjetura.
Todas esas teorías son una falta de respeto por el ingenio humano en general y de nuestros antepasados en particular. Esas ideas se centran en los resultados finales de esas tecnologías antiguas, pasando por alto los ejemplos arqueológicos que demuestran un largo y laborioso proceso de prueba y error. Sin contar las estructuras previas, las primeras grandes pirámides se datan alrededor de 2700 años antes de Cristo, y es fácil ver la evolución estructural de las mismas hasta llegar al diseño depurado de las de Keops, Kefrén y Micerino. El más claro quizá sea la de Pirámide de Dahshur o Pirámide Acodada, en la que se aprecia como el arranque es en un ángulo mucho más vertical que la culminación, lo que, según los arqueólogos (y sobre todo arquitectos) demuestran defectos constructivos, que hubieron de ser corregidos sobre la marcha una vez que la pirámide se empezó a mostrar estructuralmente inviable
Con el advenimiento de la cultura OVNI a partir de los años 1950 son continuas las teorías de que desde el nylon hasta el microondas, pasando por la telefonía móvil y las pantallas planas, son subproductos de desguace de lo que oculta el Área 51. Hasta la ciencia médica se beneficia
de estas transferencias de tecnología, como se narra en la película LA SEÑAL (William Eubank).
Nuevamente, al igual que se maltrata el ingenio de nuestros lejanos antepasados, se menosprecia la inventiva de nuestros abuelos. Cualquiera de estos inventos, y otros muchos que se añaden a la lista, tienen su evolución, historia, y bases teóricas. Incluso los que se descubrieron a base de pura serendipia, fueron inmediatamente reproducidos en laboratorios de todo el mundo una vez se describieron en patentes y revistas científicas (otra cosa es que se comercializaran, que para eso estaban las patentes) Es decir, nada de tecnologías inexplicables ni procesos industriales inverosímiles
Con todo, y más allá de todas esas teorías, el uso de una tecnología que no se entiende no debe ser tan fácil se da a entender. Una novela que describe los beneficios y peligros de hurgar en artefactos alienígenas es STALKER, de los hermanos Strugatsky.
Para los amigos de otras latitudes y otros léxicos: necesidad, inesperada, repentina y sobre todo imperiosa de defecar.
Aunque también se aduce que en realidad se trató de acelerar la terminación de la pirámide por causas que pueden ir desde la muerte inesperada del faraón Sneferu, que la mandó construir, a cuestiones puramente económicas.
Para procesos extraterrestres
busquen como se fabrican los cabezales de las perforadoras de las explotaciones petrolíferas o los álabes de los motores a reacción,.