El futuro en que vivimos, 42
Levitación
por Luis Del Barrio

Uno de los lugares comunes de la ciencia-ficción han sido los campos de fuerza, inspirados sin duda en los campos magnéticos, y estoy por decir que en la tensión superficial de los líquidos, aunque eso ya sería mucho suponer.

Pero donde esas fuerzas de atracción-repulsión han tenido una representación más notable han sido en la enorme cantidad de artefactos flotantes que ha ilustrado la ciencia-ficción no se si desde sus inicios, pero si en una buena cantidad de obras y relatos. Como integrante más destacado de ese parque móvil tenemos el siempre esperado coche volador, nadie que haya visto LA GUERRA DE LAS GALAXIAS en su tierna infancia ha dejado de pasmarse con el coche volador de Luke Skywalker.

El Deslizador Terrestre (o Landspeer) de Luke se trataba del modelo X-34 fabricado por la SoroSuub Corporation. No he profundizado más acerca de su principio de funcionamiento, si se trataba de una especie de hovercraft sin faldones, o su dispositivo de repulsión se basaba en algún refinado sistema anti-gravitatorio, pero estoy seguro que fue la primera representación realista de un artefacto similar, al menos en su veloz camino hacia Mos Eisley. Allí la cosa cambiaba porque se notaba demasiado que algo lo sujetaba fuera de imagen, pero aún así fue un artefacto impactante por su naturalismo, más incluso que los destructores estelares o La Estrella de la Muerte.

Otro cacharro flotante que nos dejó a todos con ganas de hacernos con uno fue el monopatín flotante (Hoverboard) que Marty McFly usó con gran habilidad en REGRESO AL FUTURO II. Éste se trataba de un modelo de Mattel para niños pequeños, al contrario de los Sin Tech y Pit Bull que se vieron poco minutos después, y que ya eran modelos profesionales. Al tratarse de una compañía juguetera real, su aparición en la ficción, con la ayuda de algún que otro chiste del propio Zemeckis, hicieron que se desatara la búsqueda masiva del aparato en las jugueterías, que lógicamente juraban y perjuraban que semejante artefacto no existía. Lo cierto es que tampoco se dan demasiados detalles sobre su principio de funcionamiento, únicamente que solo lo hace correctamente sobre superficies sólidas y es inútil sobre el agua.

En la línea de los deslizadores de Star Wars están los vehículos flotantes de EL QUINTO ELEMENTO, tampoco se nos dice mucho acerca de como funcionan, lo importante realmente es la estética visual, muy inspirada en los cochazos yankis de los años 50, y que que dan mucho de si para persecuciones y escenas espectaculares.

Todas estas maravillas flotantes están limitadas a día de hoy al aire que puedan mover las palas de hovercraft, helicópteros y drones, y no nos olvidemos de los los maglevs, que si bien son funcionales y prestan servicio en unas pocas, y cortas, líneas comerciales, no cuajan a nivel general debido a su alto coste comparados con el ferrocarril tradicional.

Sin embargo, la levitación verdadera está en sus primeras fases de investigación y de momento, funciona. Eso si, a escala microscópica.

Se trata de un proyecto conjunto de la NASA y la Universidad de Pensilvania conocido como Photophoretic Propulsion, basado en la fotoforesis, un fenómeno descrito en 1920 por el físico Felix Ehrenhaft, que observó como una luz lo suficientemente intensa era capaz de mover pequeñas partículas gracias a diversos fenómenos subatómicos.

De momento, el proyecto de levitación propone artefactos de muy reducidas dimensiones (no más de 10 cm) y muy ligeros, compuestas por varias membranas de polímeros bastante exóticos para el estudio de las capas altas de la atmósfera durante periodos muy prolongados, es decir, lo mismo que se hace actualmente con los globos atmosféricos pero sin los problemas inherentes a la fragilidad de éstos.

Desde luego es sólo un primer paso, modesto pero para nada desdeñable, en la consecución de la deseada levitación. Aunque estemos todavía muy lejos del deslizador de Luke o el taxi de Korben Dallas, ese primer pasito siempre es absolutamente necesario.


Notas
© Luis Del Barrio
(704 palabras) Créditos