La Tierra, nuestro exoplaneta
por Dixon Acosta

Los astrónomos nos han anunciado importantes descubrimientos relacionados con los llamados exoplanetas, es decir, aquellos planetas ubicados fuera de nuestro sistema solar que orbitan alrededor de una estrella. Algunos de estos planetas podrían (aquí el condicional adquiere relevancia) contar con condiciones favorables para albergar vida, se trataría de planetas rocosos que por su tamaño y distancia a la estrella referente, es posible que cuenten con atmósfera, agua y demás elementos comunes a nuestra existencia.

Los hallazgos de planetas como HD219134b y de Kepler-452b, así como el paso de la sonda Nuevos Horizontes por el vecindario de Plutón han dado oxígeno a la alicaída exploración espacial. Ahora bien, siendo una buena noticia para la humanidad, ignoro si lo es también para dichos planetas, en el caso que algún día los seres humanos pudieran alcanzarlos, ya que hemos demostrado nuestra pobre capacidad de administración y manejo con la Tierra.

De todas formas y haciendo un juego de ciencia-ficción, así nos reformemos como especie y tratemos de salvar este planeta de su lenta destrucción propiciada por nosotros mismos (como pareció evidenciarse en la Cumbre sobre Cambio Climático de París), por el proceso de aumento demográfico o de la lenta extinción del Sol, algún día será necesario buscar opciones diferentes de hogar. La ficción nos ha dado una lista interesante de exoplanetas, algunos ejemplos nos sirven para proponerle al lector un viaje turístico estelar con escalas en.

Kriptón, no necesitó del ser humano para ser destruido, pero nos permitió conocer al hombre de acero, así no fuera hombre, ni de acero. Giraba alrededor de un sol de color rojo.

Vulcano, aunque resulta algo agreste y árido, al parecer fomenta el sentido racional de sus habitantes, o al menos el sentido común, lo que no le caería mal a la especie humana, que tiende en ocasiones a parecerse más a los habitantes de Romulus, aquellos primos y rivales cósmicos de los vulcanos.

Arrakis, que lleva al espacio las arenas del desierto, uno de los escenarios principales en donde se desenvuelve la trama de Dune.

Mongo en cambio era un planeta con diversos escenarios, en donde Roldán alias el temerario, más conocido en otras tierras como Flash Gordon, peleaba contra el usurpador Rey Ming.

Dagobah el planeta pantanoso exilio de un pequeño sabio llamado Yoda, no sobraría visitarlo de vez en cuando y obtener algún consejo útil para nuestras vidas como individuos y como especie.

Aunque para los amantes de la Guerra de las Galaxias, quizás resulte más evocador contemplar un doble amanecer en Tatooine, el hogar de Luke Skywalker.

El Meta, no solo es un departamento colombiano, puede ser un planeta ficticio, de hecho el primero que se atravesó en el camino de la base lunar Alfa, en la legendaria serie de televisión Espacio 1999.

Si el viajero interestelar desea cambiar el desierto por un océano indescifrable que visite Solaris, aunque quizás los recuerdos se le aparezcan caminando a su lado.

No se aconseja visitar Caprica, hogar de los migrantes espaciales de Galáctica, porque pueden encontrarse con los poco amistosos cylones.

Aunque si les gustan las emociones fuertes y no se asustan fácilmente quizás quieran visitar Yuggoth, para ello se recomienda llevar la guía turística escrita por el Sr. H. P. Lovecraft.

Otro destino para turistas arriesgados sería el planetoide LV-426, hogar de la inclasificable especie que atormentó a la teniente Ripley en la serie Alien.

Si en el camino se encuentra una cabina telefónica londinense e ingresa, quizás lo lleve a Gallifrey, el planeta hogar del indescifrable Dr. Who, en cualquiera de las formas que este haya adquirido durante estos años en la BBC.

Miranda no solo es un país ficticio que en una película de Buñuel un personaje confundía con Colombia, sino un planeta del universo de aquella buena serie de televisión, algo olvidada, Firefly y de su versión en cine, SERENITY.

Ahora bien, mi preferido es un pequeño planeta habitado por un niño y una rosa, que un piloto francés tuvo oportunidad de visitar en algún vuelo nocturno y escribió una historia sobre aquel sitio, se le conoce como B-612. En todo caso, me gusta porque es tan diminuto y tan despojado de recursos que estoy seguro que esta enloquecida humanidad no querrá invadirlo, para ensuciarlo, expoliarlo y finalmente destruirlo con sus habitantes incluidos.

La NASA ha informado no solo sobre la gran posibilidad que Marte albergue agua líquida bajo su árida superficie, sino que hace billones de años ese planeta pudo haber tenido ríos e incluso bosques, es decir que no fue un planeta rojo sino verde. Debería ser el gran espejo en el que nos veamos, un paraíso convertido en arenal. Quizás en lugar de pensar en destinos lejanos para buscar un hogar sustituto, pudiéramos recuperar lo que fue Marte alguna vez. La oportunidad para crear, sembrar y enderezar caminos, que de eso también es capaz la humanidad.

© Dixon Acosta
(812 palabras) Créditos
Publicado originalmente en El espectador el 18 de junio de 2016