Creando Universos
por Lino Moinelo

La creación de un universo propio es el fenómeno que define las grandes ficciónes de masas de nuestra época.

Santiago García (La novela gráfica –Astiberri, 2010–) en El Confidencial.

Se suele relacionar a algunas célebres sagas de ciencia-ficción como Star Wars, Star Trek o Stargate, con multitud de acérrimos aficionados que coinciden en reuniones o acuden a los estrenos cinematográficos, ataviados con los ropajes de sus personajes.

No es necesario ceñirse a la ciencia-ficción. Otras sagas del fantástico como EL SEÑOR DE LOS ANILLOS tienen en común con las anteriores similares características. La mayoría de ellas comparten el fenómeno llamado merchandising, por el que se comercializan todo tipo de productos relacionados.

Su paso por las salas cinematográficas podría definirse como punto de partida de su explotación comercial, que lo convierten en franquicias y que ayudan al espectador a sumergirse en sus universos particulares. En España a este fenómeno se le denomina de forma simplista y muy cargada de prejuicios, frikismo. Vocablo que los propios aficionados han acabado aceptando, incluso con cierto orgullo.

El inicio de este fenómeno podría situarse con la serie original de televisión Star Trek, cuando el público logró convencer a la productora para evitar su cancelación y prolongarla una temporada más. No obstante, el punto de inflexión a partir del cual se definieron los parámetros de explotación comercial tal y como hoy los conocemos, vino con el estreno de Star Wars. Luego vendrían otras como Galáctica, la mencionada de Stargate, y algunas más, que si bien todas buscaban en mayor o menor medida imitar a George Lucas, podrían señalarse algunos matices en cuanto a la forma de llevarlo a término.

Cuando Star Wars se estrenó, no pensaban que iba durar ni una semana en taquilla. Independientemente de si la idea fue anterior o no, se hace complicado pensar que GALÁCTICA (1978) fuera concebida con idea de aprovecharse de un fenómeno que apenas había comenzado. No obstante, lo que si parece bastante evidente es que aprovecharon el tirón posterior de la creación de George Lucas, para convertir lo que en un principio no era más que un largo episodio piloto de dos horas para la televisión, en un éxito cinematográfico.

Dicen que STARGATE partió con la idea de realizar una trilogía. La cuestión es que finalmente no llegó a eso. Su conversión a objeto de culto por parte de legiones de seguidores no se sucedió hasta que una productora canadiense, que poco tenía que ver con los de la película, decidieron crear una serie de televisión, y luego otra, y otra, y...

Babylon 5 no ha pasado de serie de televisión de presupuesto reducido gracias a aprovechar las entonces incipientes nuevas técnicas de efectos especiales por computador, y rodar la mayoría de escenas en interiores con decorados cutres. Guiones aparte, la idea era similar a la de Star Trek, salvando las distancias temporales y el contexto completamente distinto. Tal vez por llegar tarde, el resultado es que aunque ha disfrutado de un éxito relativo, no ha sido tan explotada comercialmente ni las películas han pasado de ser meros capítulos de larga duración. Eso sí, llegó a tener un spin-off, aunque no duró mucho.

MATRIX, reunía las condiciones para haber podido emular a anteriores producciones de éxito multitudinario. De hecho, se realizó alguna serie de animación. Pero puede decirse que no llegó a dar el salto, seguramente por lo decepcionantes que fueron para sus aficionados las continuaciones posteriores.

EL SEÑOR DE LOS ANILLOS es un caso especial ya que mucho antes de su estreno cinematográfico, ya era una toda una saga multitudinaria con comunidades de fervientes seguidores, que se manifestaban a través de los juegos de rol.

Una conclusión que puede extraerse es que pocas de estas obras fueron concebidas con plena consciencia de en lo que iban a convertirse. Con el paso de los años y debido a necesidades comerciales, surgen iniciativas de hacer segundas partes y de un tiempo a esta parte, suele estar de moda pretender sacar trilogías como sea. Pero una cosa es rentabilizar al máximo una obra, y otra pretender crear mitologías que llegan a ser vividas por los aficionados en los casos extremos, como si de religiones se tratase.

El intento más evidente de utilizar el medio cinematográfico para inventarse directamente una franquicia de este tipo con el objeto de su explotación comercial, en los términos que Star Wars definió en su momento, proviene de un director-productor que no ha mostrado vergüenza ni pudor en manifestar dicha intención claramente. Hablamos de James Cameron y AVATAR. Lo anacrónico de esta situación es que pocas de las sagas originales fueron creadas con un propósito comercial tan definido, evidenciando en el caso del productor de origen canadiense cierta tendencia hacia la manipulación de los espectadores, una excesiva ansia crematística y una falta de respeto por la autoría de las ideas que utiliza en sus guiones, que a algunas personas nos resulta incómoda.

Otro caso similar que rezuma a partes iguales espectacularidad visual y falta de originalidad es TRON: LEGACY (Joseph Kosinski, 2010), que es poco más que una repetición de clichés y estereotipos más que vistos, que se mantienen a duras penas gracias al atractivo visual del mundo paralelo informático creado para la ocasión, y una buena banda sonora del grupo de techno Daft Punk. Ambas producciones son las primeras partes de unas trilogías que de momento, no parecen encontrar el momento de ser continuadas. Tal vez sea porque realmente no saben cómo hacerlo.

Superhéroes

Cuando surgieron los primeros superhéroes cada uno de ellos tenía su propio universo diferenciado. Las necesidades empresariales de las editoriales decidieron unir la mayoría de ellos. En cualquier caso, cada editorial ha acabado formando todo un universo lleno de superhéroes en los que el resto de la Humanidad poco puede hacer. Como resultado es que los fans de superhéroes forman uno de los mayores colectivos de aficionados a los cómics, al cine y a la ciencia-ficción.

Universo expandido

Estos universos creados por sus creadores originales no han permanecido en su estado inicial. Si el universo físico real expande su propio continuo espacio-tiempo, estas obras corales con vocación de ópera teatral son análogamente expandidas al ser enriquecidas con las creaciones de sus aficionados. En el caso de las dos primeras sobretodo (Star Wars y Star Trek) han surgido de la mano de escritores, ilustradores y otros aficionados, constelaciones de personajes e historias paralelas que han expandido el universo inicial de la obra.

Podría ser por una parte, su relativa facilidad para lograr al mismo tiempo, en caso de tener un mínimo de éxito inicial, una continuidad en posteriores partes y una masa de aficionados que no se limitan al visionado de las películas, sino que se mantienen ansiosos en espera de cualquier producto relacionado, sean camisetas o series de televisión ambientadas en el mismo universo.

Por otro lado, otro factor que parece ser común entre la ciencia-ficción de la Space Opera y la Fantasía, es su naturaleza de evasión, basada en la aventura y el romanticismo. Estas obras permiten al espectador evadirse con mayor facilidad al brindar todo un universo creado para satisfacer por completo las necesidades de la historia, bien sea al lado de los personajes conocidos o en otra historia completamente nueva. Universos, en los que uno puede convertirse en protagonista y vivir su propia aventura.

© Lino Moinelo
(1.211 palabras) Créditos
Publicado originalmente en Al final de la eternidad el 10 de septiembre de 2013
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