Future Man
Future Man EE. UU., 2017
Título original: Future Man
Dirección: Dirección: Michael Weaver, Evan Goldberg, varios más.
Guión: Kyle Hunter, Howard Overman,
Producción: Howard Overman
Música: Halli Cauthery
Fotografía: Cort Fey, Eduardo Enrique Mayén
Duración: 30 min.
IMDb:
Reparto: Josh Hutcherson (Josh Futturman); Eliza Coupe (Tiger); Derek Wilson (Wolf); Glenne Headly (Diane Futturman); Ed Begley Jr. (Gabe Futturman); Haley Joel Osment (Dr. Stu Camillo)
Comentarios de: Luis del Barrio

Si hay que buscar una comedia pasada de vueltas es decididamente esta. Al menos dentro de la ciencia-ficción. No se si alguna otra trata con tanto descaro no solo la violencia (vale, habéis visto Preacher pero eso es otra cosa), algo de lo que ya estamos vacunados gracias a decenas de series normales, sino el sexo, explícito, aunque no pornográfico, ni mucho menos erótico, las drogas, las enfermedades sexuales y todos esos tabús que, cuando se tratan, se hace desde la más extrema delicadeza.

Trata la vida, obra y milagros de Josh Futterman (Josh Hutcherson), un jóven que vive con sus padres, trabaja de conserje en Kronish Laboratories y pasa las horas muertas jugando al videojuego Biotic Wars. Mientras que el doctor Kronish (Keith David) es el típico un científico afable y un tanto despistado, el investigador principal, el doctor Camilo (Haley Joel Osment ¸si, el ya no tan niño de EL SEXTO SENTIDO) es un tirano bastante acomplejado que hacer la vida imposible a Josh.

Cuando Josh consigue finalmente completar el juego, recibe la visita desde el futuro de Tiger (Eliza Coupe) y Wolf (Derek Wilson), los dos principales personajes del videojuego que en realidad resulta ser una prueba para descubrir el guerrero que les salvará del caos en el que las investigaciones, por lo demás bienintencionadas de Kronish, convertirán el futuro.

A partir de ahí todo se descontrola, como Tiger y Wolf tienen un sentido de la ética y la moral no muy desarrollado, las interacciones con los habitantes de los diversos tiempos a los que viajan con la intención de detener a Kronish no son para nada cordiales. Pasan así por los años 1960, 1980, 1950, 2020, llevando con ellos caos, violencia y desvergüenza.

Desde luego no es una serie para todos los públicos, aunque rebose de humor, no es para nada humor blanco, se basa en la exageración y la zafiedad. Así, la investigación principal de Kronish está orientada a tratar el herpes genital, y sus individuos experimentales son mapaches, la forma de recargar baterías de Tiger y Wolf es copular salvajemente en cualquier lugar y cualquier momento si les es necesario, Josh no es precisamente el personaje más listo ni el más heroico del mundo, y así sucesivamente hasta crear un marco desaforado con unos personajes a cual más desquiciados.

Por si esto fuera poco, los sucesivos viajes en el tiempo sirven para enviar a Josh a futuros alternativos igualmente enloquecidos.

La serie fue encargada por Hulu en 2016, y a día de hoy (octubre de 2019) solo he visto las dos primeras dos temporadas y por lo que he leído ya se ha encargado la tercera, que al parecer será la última. Hulu comenzó siendo propiedad de NBC Universal y un enrevesado entramado de accionistas minoritarios, y fue lanzada como respuesta a Netflix, recientemente, en 2019, 21st Century Fox, (que no 20st Century Fox) propietaria de NBC Universal pasó a ser controlada por la Disney, de modo que toda esta pandilla de bárbaros son ahora propiedad de Mickey Mouse. Lo que quizá explique porque la serie va morir con esta tercera temporada, aunque sabiendo que en realidad a Disney solo le interesa la pasta, y solo lo que lleve el sello Disney debe tener esa pureza infantil tan característica, lo que hagan el resto de las empresas del conglomerado les importa bien poco.

En realidad sospecho que si la tercera temporada va a ser el colofón de Future Man, es debido a que una historia tan pasada de rosca no puede, o más bien no debe, tener demasiado recorrido. Lo que en una temporada, o dos, puede funcionar, se acaba convirtiendo en una caricatura de si mismo si se prolonga más allá, sobre todo cuando, como es el caso, se ha tomado el camino del salvajismo irreverente y se hace muy difícil transgredir barreras que se han derribado hace ya mucho, sobre todo cuando ya ha tocado techo en lo que respecta a la violencia salvaje, el sexo desinhibido y el consumo incontrolado de drogas.

© Luis del Barrio, (672 palabras) Créditos