Sinopsis
Sin fecha estelar. Unos diplomáticos del planeta Lyaaran, mundo que desea establecer relaciones con la Federación, visitan la Enterprise. Los embajadores Loquel y Byleth permanecerán en la nave, mientras su piloto, Voval, lleva al capitán al mundo Lyaaran. Loquel, asignado a la consejera Troi, sólo parece estar interesado en la comida, más en concreto en los dulces. Byleth, por su parte, es asignado al primer oficial, pero, sorprendentemente, insiste en que su guía sea Worf, al que desde un principio trata con desprecio y con maneras ofensivas, lo que desconcierta e irrita al klingon.
Mientras tanto, la lanzadera lyaaran sufre un accidente y Voval se ve forzado a realizar un aterrizaje de emergencia en un planeta cercano. Picard pierde el conocimiento. Cuando lo recobra, se encuentra en un viejo carguero que se estrelló en ese mundo mucho tiempo atrás. Ha sido rescatado por una mujer, Anna, superviviente de ese naufragio, que lleva siete años viviendo sola allí. Anna le dice que Voval ha muerto y que él sufrió graves lesiones en el accidente, por lo que ha tenido que curarle. Jean-Luc está dispuesto a hacer lo necesario para que ambos puedan abandonar ese planeta solitario, pero la mujer empieza a comportarse de un modo extraño, confesándole que se ha enamorado de él.
Sin ser ninguna maravilla, RELACIONES es un episodio correcto, con cierto grado de suspense, que se ve con agrado y que, en determinados momentos, puede resultar incluso hilarante. Podría definirse como un capítulo casi cómico, pues las vicisitudes de Troi y Worf como anfitriones de los embajadores Loquel y Byleth son muy divertidas. Sólo la trama de Picard y Anna reviste cierta seriedad, ya que, al menos al principio, los espectadores empatizamos con esa desdichada mujer que lleva una eternidad en ese mundo asolado por continuas tormentas. No obstante, el capitán empieza a sospechar muy pronto que algo falla en esa situación. Sobre todo, desde el momento en que Anna asegura estar enamorada de él.
Sin embargo, es precisamente este segmento de la historia el que más flaquea. La relación entre el capitán y la mujer estaba mal planteada ya en el guión original, lo que obligó al coproductor, Brannon Braga, a reescribirla por completo; cosa que, por cierto, parece que no agradó a los guionistas acreditados. Braga intentó resaltar el aspecto siniestro de la odisea de Picard, pero no lo consiguió del todo. Así que lo mejor que se puede decir de esta parte concreta del capítulo, es que sólo se salva de la mediocridad por algunos momentos concretos de la interpretación de ambos actores.
RELACIONES no esconde su simplicidad temática, pero resulta bastante entretenido gracias a Deanna y al klingon, que deben bregar con los peculiares lyaaranos. Desde el mismo instante en que Deanna menciona los postres, Loquel se convierte en un glotón goloso de mucho cuidado, y hasta consigue que, en un momento dado, la consejera, famosa por su adicción al chocolate en todas sus formas, reniegue de ese dulce, porque su estómago no puede más. Worf, por su parte, lo tiene mucho peor. Byleth se dirige a él con exabruptos y groserías varias, hasta que, en la memorable escena de la mano de póquer, cuando el lyaarano le roba descaradamente un par de fichas, nuestro klingon favorito pierde los papeles y se lía a guantazos con el insolente diplomático.
En el desenlace se revela que la extraña actitud de los embajadores alienígenas obedecía a su deseo de ampliar sus conocimientos sobre conceptos para ellos incomprensibles, como el placer, el antagonismo o el amor. Voval, que se ha presentado ante Picard como una hermosa y desvalida hembra humana, le explica el porqué de su proceder. Es un final desangelado, que, al menos en lo que se refiere al capitán, no convenció a este trekkie. Eso de que Jean-Luc acepte con buenas maneras la justificación de la bromita de mal gusto que le han jugado no casa demasiado bien con su carácter. Sobre todo, si nos retrotraemos al episodio LEALTAD, que presentaba una situación similar, y donde el capitán les dio los alienígenas de turno una lección difícil de olvidar.
Por cierto, vuelven a verse los lastimosos uniformes de gala de TNG, que dan verdadera grima. En este caso concreto, las levitas a lo Mortadelo son un poco más cortas, pero, como comenta Worf, siguen siendo tan ridículas como siempre.
RELACIONES no pasará a los anales trek, ni siquiera como un episodio de calidad media. Pero, como dije al principio, se deja ver y es moderadamente entretenido. Lo cual no deja de ser una virtud muy apreciable, si lo comparamos con otros episodios de algunas series más o menos recientes, que no son más que panfletos propagandísticos de valores
ajenos por completos al espíritu verdaderamente integrador que quiso imprimir Gene Roddenberry.