JULES
JULES EE. UU., 2023
Título original: Jules
Dirección: Marc Turtletaub
Guión: Gavin Steckler
Producción: Debbie Liebling, Andy Daly y otros
Música: Volker Bertelman
Fotografía: Christopher Norr
Duración: 87 min.
IMDb:
Reparto: Ben Kingsley (Milton); Harriet Sansom Harris (Sandy); Jane Curtin (Joyce); Jade Quan (Jules); Zoë Winters (Denise)
Comentarios de: Magda Revetllat

Argumento

Milton­ es un hombre mayor, viudo, que vive solo en las afueras de una pequeña ciudad en Estados Unidos. Su rutina es ver la televisión, cuidar de su jardín y asistir a las reuniones en el edificio de la alcaldía donde se atiende a peticiones de los ciudadanos, allí suele coincidir con Sandy y Joyce­ que también presentan sus peticiones o propuestas. Denise, la hija de Milton­ que le visita a menudo, ha detectado que él tiene olvidos, deja cosas en lugares que no corresponden como un periódico en la nevera, y le insiste para que se presente a un chequeo para determinar la importancia de esos olvidos.

Una noche Milton­ es despertado por un terrible estruendo y ve que en su apreciado jardín trasero se ha estrellado una nave que tiene todo el aspecto de ser extraterrestre. Llamará a emergencias explicando la situación y nadie le creerá. Al cabo de un día de la nave saldrá un ser humanoide, de un suave color azul, Milton­ lo encuentra desmayado en el suelo, lo tapará con una manta y cuando recobra la conciencia entrará en la casa. Pasarán los días, el alienígena se alimentará a base de manzanas y ambos compartirán momentos viendo la televisión a la vez que el alienígena va arreglando su nave.

Milton­ comentará en la reunión del ayuntamiento que hay una nave extraterrestre en su jardín pero de nuevo nadie le cree. Un día Sandy le hará una visita y verá al alien, al que llamará Jules, y días más tarde Joyce­ también se dejará caer por la casa de manera que los tres compartirán lo que ya deciden que tienen que mantener en secreto, por lo menos hasta que Jules pueda terminar los arreglos de su nave y volver a su planeta.

Pero para algunas agencias gubernamentales no ha pasado por alto el aterrizaje y se organiza una vigilancia especial en toda la zona, y un equipo de agentes mantiene de manera constante la escucha a todas las conversaciones telefónicas de los alrededores.

Dos momentos importantes (y dos spoilers)

Sandy ha presentado una propuesta en el ayuntamiento, una campaña para acercar la generación más joven a la de más edad y un día recibe una llamada de un chico al que ella invitará a su casa. El resultado será que el joven, al ser descubierta su intención del robo de joyas y objetos de valor, agredirá a Sandy que intentará defenderse. Al mismo tiempo Jules, en casa de Milton­, parece sobresaltarse y su color azul suave se torna intenso. El resultado será que el joven agresor muere de manera instantánea... por explosión de cabeza.

El alienígena no habla pero parece atento a todo y hay algo que los tres humanos no acaban de entender, las hojas de papel en las que dibuja lo que parece que son caras de gato, siete en cada hoja, una y otra vez. Un día aparece un gato muerto delante de la nave y llegan a la conclusión que Jules necesita en total siete, para lo que sea que los necesite. Buscarán por las carreteras donde suele haber animales atropellados y logran en total reunir seis. A falta de uno Milton­ le propone a Joyce­ que sacrifique el suyo ya que es un animal de mucha edad, la reacción de ella es de enfado y tristeza pero finalmente accederá y la finalidad de todo ello les sorprenderá.

Aclaración: Jules no es Alf.

De la primera escena comentada se puede entender un claro mensaje, qué importante es la apariencia, la imagen, lo superficial. Sandy se había alarmado porque Milton­ acogía un alien e imaginaba cosas terribles que podían suceder, mientras que ella deja entrar en su casa a un perfecto desconocido por su aparente aire de inocencia.

La otra escena es conmovedora sobretodo para quien alguna vez haya pasado por el momento de poner a dormir a su mascota, pero la película tiene momentos de gran comicidad y aquí se unen los dos. En casa de Milton­ los tres humanos están sentados en el sofá, Joyce­ sostiene a su gato con una manta y Sandy tapa la cabeza del animal por si acaso la muerte es de nuevo por explosión cefálica. Pero no, la muerte del gato es dulce, de un sueño pasa a otro, de nuevo Jules ha mostrado un color azul intenso.

De esta escena se desprenderá el sentido de la comunicación, Jules no habla, igual que la mascota de Joyce­, pero hay algo que va más allá de la comunicación humana, del lenguaje en sí, y de ahí se crean unos vínculos. Milton­ hace años que no habla con su hijo el cual vive en otra ciudad, aun pudiendo entenderse con palabras no lo hacen, y tampoco nadie le ha escuchado cuando ha dicho que una nave alienígena se ha estrellado en su jardín trasero.

La comunicación y las apariencias, los dos grandes temas en esta película con humor, amor, comunicación, gatos, manzanas y cuyo final no decepciona, final con una pequeña posdata.

Los actores

Magnífica actuación de sir Ben Kingsley el cual ofrece la imagen de un hombre mayor que viviendo solo intenta pasar sus días de una manera activa, aunque sabe que en el fondo los olvidos que va sufriendo son síntoma de algo que puede ser importante. Harriet Sansom Harris es la encarnación de alguien que sigue siendo optimista pese a que la vida la ha puesto a prueba y Jane Curtin, a quien conocimos en 3rd Rock from the Sun (Cosas de marcianos) sigue en un papel de mujer terca y desconfiada con lo que el giro que da su personaje al abrir sus sentimientos a los demás es doblemente apreciable. Y por supuesto Jade Quan que pasa la mayor parte del tiempo en un elocuente silencio con su aspecto azulado y sus comedidos movimientos.

Una película con poca acción, con un tema clásico que ya se ha comentado aquí en Sitio ciencia-ficción alguna vez, tener un alienígena en casa y tratar de seguir con la propia vida cotidiana y a la vez pasar desapercibido en el vecindario y ante las autoridades.

Por si le llega a ocurrir a alguien tiene todo un manual para gestionar el evento.

© Magda Revetllat,
(1.041 palabras) Créditos