Un día que tenía que ser como los demás se da a conocer que la Tierra está ralentizando su movimiento de rotación lo cual está ya ocasionando sus efectos. Desde ámbitos científicos se determina que la anomalía aumentará.

Con capítulos cortos en primera persona la voz pertenece a Julia, una adolescente que vive con sus padres en una pequeña población en California. Todo es narrado desde su punto de vista, las alteraciones en el día a día así como la reacción de sus padres y otros adultos. A lo largo del relato contado en pasado hay pinceladas que revelan algún dato sin desvelar del todo lo que ocurrirá.

Priman en el texto las descripciones, el entorno, las sensaciones, lo que se hacía antes y cómo era todo con anterioridad, un partido de fútbol, una comida... En este sentido me ha recordado y mucho el estilo de Bradbury, la transmisión de un cúmulo de sensaciones a partir de una descripción llena de formas y colores.

La joven protagonista advierte los cambios que se suceden en su entorno, las reacciones de sus padres, la tensión que va creciendo en casa por el miedo de lo que pueda ocurrir. También los cambios horarios, el día dura más, las noches se hacen largas.

No todo el mundo se ha enterado a la vez de lo que ocurría, la madre de Julia oyó la noticia en la radio del coche y al llegar a casa puso el televisor para ver la noticia en familia, pero otros no lo supieron al momento como la familia judía en la casa de al lado ya que al ser sábado no encendieron el televisor hasta el día siguiente. Hanna, la amiga de Julia, se despide pues su familia deja la casa para ir de manera definitiva a Utah junto con otras familias mormonas, a esperar la nueva llegada de Jesucristo y empiezan a cundir rumores de la huida de dirigentes y personas acaudaladas a refugios en el espacio. Por su parte los astrólogos afirman que la ralentización ha cambiado los signos astrológicos de todo el mundo:

La suerte había cambiado. Las personalidades se habían reajustado. Los desafortunados habían pasado a ser afortunados. Los afortunados lo eran un poco menos. Nuestro destino, tanto tiempo escrito en las estrellas, había vuelto a escribirse en un solo día.

Cambios en el entorno, las farolas se encienden pero es de día y se apagan pese a seguir siendo de noche y la fuerza de gravedad de la Tierra gana terreno, ¿o tal vez no es eso lo que en realidad ocurre?

Y la gran pregunta: ¿qué ha causado todo esto? ¿Es un fenómeno natural o la humanidad es de nuevo culpable como lo es de la contaminación, las bombas atómicas y el cambio climático? La autora se inspiró en los cambios en la Tierra originados por el tsunami en Indonesia en 2004, a causa de ello la rotación quedó afectada en algunas fracciones de segundo, y magnificando sus efectos lo trasladó a la ficción. El también escritor Christopher Priest criticó el libro por, entre otras cosas, las falacias científicas que en él se relatan.

El cataclismo provoca al principio cambios leves pero a partir que el día tiene una duración de treinta horas los gobiernos toman la decisión de continuar con los horarios como habían sido siempre, de veinticuatro horas, de manera que poblaciones enteras cenan y se acuestan de día y van a trabajar o a clase de noche. Esto no es lo peor de todas maneras pues el miedo a lo que pueda ocurrir, el caos, el desabastecimiento, la pérdida de cosechas, lo que hace que grupos de población se desplacen a otros lugares dejando puestos de trabajo sin atender, como comenta el padre de Julia pues tiene que hacer guardias extraordinarias en el hospital ya que otros médicos no han ido a trabajar.

Pero no todos siguen este horario, los hay que disienten de la opción decretada y siguen el horario del llamado tiempo real frente al tiempo oficial, de manera que descansan cuando es de noche y trabajan cuando es de día a diferencia de los que siguen manteniendo un día de veinticuatro horas. Las posiciones se irán reforzando hasta que empieza a haber dos grupos enfrentados y el estado de desintegración de la sociedad es evidente, además aparecerán otros efectos en la fauna, la flora, las mareas y los humanos.

El lector percibirá todo con la voz de Julia, una joven que observa el proceso de este inusitado fenómeno a su alrededor. Esta observación va de lo más cercano, su familia, sus amigas, el chico que le gusta a lo más lejano, las noticias, las medidas que los gobiernos toman y la investigación para desarrollar vegetales que puedan prosperar en ese ambiente de largas noches y extenuantes días.

La novela analiza una vez más las reacciones humanas ante los cambios y pone en evidencia la fragilidad de las sociedades aunque posean un elevado grado de tecnología y recursos. Tal vez el final es algo precipitado, incluso previsible, todo es narrado desde la memoria de cómo empezó la Tierra a retardar su giro, pero aun así es el conmovedor testimonio de una niña que presencia la transformación de su entorno y del futuro que esperaba vivir.

Karen Thompson Walker, nacida en California donde reside con su marido e hijas, es escritora y profesora y ha colaborado en diferentes medios como The Washington Post y The Guardian. Su segunda novela THE DREAMERS, también dentro del género de la ciencia-ficción y publicada en 2019, trata de un virus que afecta a las personas sumiéndolas en un sueño profundo. Tiene una cuenta en Instagram y su obra se puede consultar en su web personal: http://karenthompsonwalker.com.