Una nave se dirige desde la Tierra a Caronte, la luna de Plutón, para dejar allí materiales con los que se construirá una base. Una parte de los pasajeros viajan en estado de hibernación, pero la inspectora Sara Bruc es reanimada antes de lo previsto al haberse producido tres muertes y no pudiendo establecerse sobre seguro que hayan sido accidentales.

La inspectora Sara Bruc llevará el protagonismo a lo largo de este thriller en el que hay los elementos comunes al género: unas muertes por esclarecer, misterios, revelaciones de secretos, indagación, peligro y conclusión. El hecho de estar los personajes confinados en el espacio limitado que supone la nave da un grado más elevado de opresión ya que no se trata de un viaje corto o de placer, son un equipo de humanos, militares y científicos, en una misión. Además de los humanos viajan también robots y androides, los primeros de apariencia más tosca y dedicados a tareas simples de mantenimiento de los habitáculos, limpieza y el comedor. Los androides, de apariencia totalmente humana salvo por sus ojos de color turquesa, se dedican a tareas más especializadas, algunos son asignados para servicio personal como es el caso de Adso que es el asistente de la inspectora. Aquí cabe resaltar un guiño que el autor ha hecho a Asimov pues uno de estos androides se llama Daneel.

Conforme la investigación prosigue se sucede otra muerte, alguien que tenía información que quería transmitir a Sara, en ese momento ella decidirá que su colega el inspector Hannibal Durban también debe ser despertado.

El relato se desarrolla en un futuro donde la humanidad ha salido de la Tierra para establecerse en otros puntos del sistema solar aunque los proyectos en el exterior no hayan sido del todo exitosos.

Los personajes son múltiples pues además de los equipos militares y científicos los robots y androides también entran en la trama. El libro se lee con facilidad pues los capítulos cortos ayudan a ello y se describen con detalle las interacciones de los dos inspectores con el resto de la tripulación y entre ellos.

Se habla de terraformación y del mantenimiento de los sistemas de la nave, el reciclaje del agua y del desagradable proceso de despertar de la hibernación. El autor hace referencia a la desaparición de las abejas en la Tierra algo que entra en su campo que es la biología.

Hay referencia a la aceptación o no de los robots y androides, unos los toleran, otros los rechazan y otros mantienen una relación cordial con ellos como en los libros de Asimov, donde los humanos muestran estas reacciones.

En las páginas anteriores al inicio del relato hay una cita de LA MUTACIÓN SENTIMENTAL de Carme Torras y en el texto se hace referencia a algo de lo que ella hablado en sus ponencias y es del efecto que en los niños puede tener el estar al cuidado de robots y de la posible eventualidad que estos niños tengan un excesivo apego a esas máquinas diseñadas para cuidarlos y jugar con ellos. En el libro KLARA Y EL SOL de Kazuo Ishiguro esta posibilidad queda del todo descartada, lo cual no deja el debate cerrado.

La nave es cúbica y el autor se inspiró en el cubo de Rubik que, según confiesa, nunca ha tenido la paciencia para resolver.

El libro se presentó en la Librería Gigamesh con la presencia de Carme Torras . En la entrevista mantenida en la presentación el autor comentó que habían escogido para la portada una fotografía de Caronte hecha por la NASA pero que al no gustarle el conjunto de la composición resolvieron que el diseño lo hiciera un programa de IA cuyo resultado sí le pareció satisfactorio.

No soy muy aficionada al thriller y en general he leído pocos y este no me parece un gran libro dentro del género pues hay demasiados lugares comunes con otras novelas como el tópico del inspector de carácter taciturno o la muerte de alguien que debía proporcionar una información crucial. Otros elementos en cambio no encajan a mi modo de ver como, por ejemplo, que la inspectora no investigue más a fondo la puerta que ha creído descubrir en el lugar donde han ocurrido las muertes o que los dos inspectores tengan que abrir a escondidas de los científicos una caja que contiene algo que puede ser de valor para la investigación. Otro tema es el módulo de recreo donde murieron las víctimas, ella desde el principio insiste en saber qué vieron las víctimas antes de morir pero se le deniega el permiso bajo la premisa que es información personal, para más tarde enterarse que lo generado en ese módulo se borra de manera automática al terminar la sesión, ¿no se lo podían haber dicho el primer día que ella lo pidió?

Se menciona en el texto muy a menudo la Psicohistoria en clara referencia a los libros de Asimov. En este aspecto el libro tiene nombres y detalles que según dice el autor son un homenaje a la ciencia-ficción, pero en mi opinión hay demasiados, parece que el lector tenga que estar buscando los Easter eggs en el texto en lugar de concentrarse en la historia. Hay guiños a personajes de Asimov, ALIEN y a CONTACT —explicados en una nota final por si el lector no los ha identificado—. Estos guiños son siempre de los más famosos o populares dentro del género.

Un spoiler por la parte científica es el de la experimentación con animales fotosintéticos. De prosperar la investigación serían animales pero se alimentarían como lo hacen las plantas para posteriormente lograr lo mismo en humanos. Algo parecido se ha visto en otras obras como en CLOROFILIA de Andrei Rubanov y también en el bolsilibro de Clark Carrados titulado PERROS DEL ESPACIO.

La historia es en suma un plan muy oscuro fruto de mentes sin escrúpulos y a mi entender alguien durante la travesía debería haberse dado cuenta de los pocos medios previstos —por lo que respecta a energía y alimentos— para el viaje de vuelta en una nave repleta de personal científico y con androides de la más avanzada generación. Por otra parte, los comentarios en redes sugieren que el final es demasiado precipitado y que debería extenderse un poco más en la explicación, opiniones con las que estoy de acuerdo.

Aun así el libro con alguna sorpresa final es entretenido y permite pasar un buen rato con las intrigas en un viaje espacial.

Jordi de Manuel (Barcelona, 1962) es doctor en biología y profesor y escribe novela y relatos con especial dedicación al thriller, dentro de este género cabe destacar la serie de libros protagonizados por su personaje el inspector Marc Sergiot. Para conocer más de la trayectoria del autor se puede consultar su web http://www.jordidemanuel.cat/.

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