Emily es una entidad creada por la electrónica que evoluciona con la relación que mantiene en el día a día del campus en el que ha nacido. Para verla solo es necesario un chip que cada persona debe conectarse y así poder interactuar con ella. El proyecto habría tenido mucha más repercusión si no fuera por el hecho que el Sol se está apagando millones de años antes de lo esperado y con él la totalidad de la vida en la Tierra.

Pero, por sorprendente que parezca, Emily vuelve a ser foco de interés.

El relato es en primera persona desde el punto de vista de Emily y el lector sigue sus vivencias en el recinto del campus virtual en el que se desenvuelve. La prosa es descriptiva en su mayor parte, sus pensamientos, sensaciones, su trabajo, alternando diálogos con las personas reales con las que colabora. Emily vive en su propio mundo en el campus, ella puede percibir todo a través de las cámaras instaladas en el recinto y los humanos que allí habitan la perciben a ella por el chip, de este modo se crea la interrelación necesaria para que ella construya una entidad particular, con sus preferencias, deseos, preocupaciones y decisiones que pueden ser contrarias a las de sus creadores.

Una vez más la criatura se puede enfrentar a quién la creó.

El Sol se apaga y con él la vida, los planetas interiores quedarán despedazados por las llamaradas que en poco tiempo empezarán y que dejarán la Tierra como una roca desierta, pero antes de eso la humanidad puede ser copiada en todos sus aspectos para ser volcada en el mundo virtual y así tener la esperanza de proseguir, serían copias lanzadas al espacio exterior y que tal vez en algún momento alguien encuentre. Pero hay quien piensa que no se debe copiar a las personas sin tener antes su consentimiento, el problema es que no hay tiempo suficiente para gestionar las debidas peticiones de conformidad.

Pero otra respuesta surgirá ante la emergencia, algo no previsto que puede ser la solución tan inesperada como factible para la continuación de la humanidad, aunque algunos ya hayan decidido salvar solo a unos pocos elegidos.

Greg Egan ya describió estos mundos virtuales en CIUDAD PERMUTACIÓN, pero la novela me recordó el episodio de ST-TNG THE INNER LIGHT en la que el capitán Picard vive, en apenas media hora, toda una existencia con los habitantes de un planeta que se extinguió y que dejaron tras ellos una sonda con toda la información de lo que fueron.

En la novela, algunos de los integrantes del comité de emergencia creado para colaborar con Emily en la salvación de la humanidad, o por lo menos en enviar al espacio el recuerdo de lo que esta fue, temen que una ciudad virtual con sus habitantes pueda caer en manos alienígenas y tal vez para intenciones malintencionadas, lo que podría llevar a una situación parecida como la que vivió la tripulación de ST-Voyager en el episodio THE THAW, al entrar en un demencial mundo virtual creado para mantener distraídos a los habitantes hibernados mientras se superaba el desastre climático que ha devastado el planeta.

Es interesante la historia propuesta aunque la emergencia de un Sol que se apaga de forma tan repentina se acerque más a la serie B, pero teniendo en cuenta que este dato solamente es el factor que precipita todo lo demás se puede aceptar (en fin, yo lo acepto bajo esa condición). Lo que en mi opinión sí lastra bastante el texto es la historia personal de Emily y su búsqueda de humanidad, otra vez Pinocho, otra vez la misma historia de sentir la exclusión por ser el resultado de una creación artificial y no algo natural como sus colegas científicos. He leído recientemente otras historias parecidas que me han parecido más interesantes y mejor construidas.

De todas maneras el resto de la historia es entretenida y se desenvuelve en varias etapas, cada una con su sorpresa incluida.

Como nota añadida hay que mencionar que en la red social dedicada a libros GoodReads, el también escritor Blake Crouch le ha dado la máxima puntuación de cinco estrellas con el comentario incluido de: Visionario. El mejor personaje de I. A. desde HAL 9000, mientras que el resto de las opiniones está muy dividido, desde los que consideran el libro una maravillosa aventura hasta los que otorgándole la nota mínima critican su inclusión de temas científicos que se acercan más a la Fantasía.

M. G. Wheaton (Estados Unidos, 1975), trabajó en una fábrica de ensamblaje de ordenadores antes de empezar a escribir para revistas de cine y más tarde guiones de comic, videojuegos y guiones cinematográficos. EMILY ETERNA es su primera novela.