—Qué es una escotilla de cruce?
—En lugar para cruzar. Un lugar donde los mundos se encuentran.
Argumento
Lior Tirosh viaja a su tierra natal con el objetivo de ver a su padre moribundo. Desde el avión ha visto la línea blanca del muro que se está construyendo para mantener el país a salvo de los enemigos y al llegar, un viejo amigo le espera para comunicarle que su sobrina ha desaparecido.
El escritor de thrillers que se convierte en detective
Tirosh es escritor de novelas de detectives que se imprimen en papel barato y se venden en tiendas y aeropuertos, ha vuelto a su tierra natal para ver a su padre, pero la búsqueda de su sobrina y el motivo de su desaparición toman inmediata relevancia y se acaba convirtiendo en detective como si fuera el personaje de uno de sus libros. El lector percibirá enseguida la extrañeza de algunas situaciones, es como un relato de Philip K. Dick en el que las realidades se superponen, el protagonista entra y sale de ellas, realidades distintas, mundos distintos.
¿Qué es una historia, se preguntó, sino un intento humano de imponer orden en el caos?
La novela es interesante por las descripciones y la trama y se puede aprovechar mucho más con un conocimiento profundo de la Historia, en concreto de los últimos cien años y del contexto geográfico en el que se mueve Tirosh. La voz narrativa va cambiando según el personaje que protagoniza el capítulo pasando a ser de primera a tercera persona de manera repentina. Hay frases y escenas en las que se mueve el protagonista que bien pueden ser autobiográficas, experiencias del autor, conversaciones con su agente en Berlín o situaciones en la presentación de un libro o en una charla y formando parte de esos mundos hay personajes de novelas que son desconocidos para el lector pero que son famosos en esas realidades paralelas. También cabe resaltar momentos de gran ternura cuando Lior recuerda a su hijo pequeño ya que nunca ha querido parecerse a la figura de padre que tuvo él, un afamado general, y escenas que van directamente a los sentidos cuando los personajes toman té al estilo de algún país o pasean por lugares de gran belleza. Sobre esto último la portada de la edición original muestra una arquitectura con una fauna y flora de fondo que introduce de lleno al espíritu de la historia.
El objetivo del viaje, visitar al padre enfermo, se ve postergado en su afán de encontrar a su sobrina que parece haber desaparecido por ser activista contraria a la construcción del muro. Esta situación de llegar desde Berlín expresamente para ver a su padre pero que la visita sea postergada una y otra vez crea una atmósfera kafkiana aumentando la intriga.
La cábala enseña que existen muchos mundos, emanaciones de luz del infinito
Los saltos de un mundo a otro pueden recordar a la serie de La Tierra Larga (2012) de Terry Pratchett y Stephen Baxter, lugares distintos en los que unos acontecimientos desarrollados de forma diferente han modelado un presente distinto. También me ha recordado LAS ENCRUCIJADAS DEL TIEMPO (1956) de Andre Norton, esas realidades distintas, a veces sin humanos, mundos que han evolucionado de manera paralela con alguna o ninguna concomitancia con la que conocemos y como obra más reciente MATERIA OSCURA (2016) de Blake Crouch, y se podrían citar más ya que los mundos paralelos han ganado protagonismo últimamente en literatura, cine y televisión.
No había sido él mismo, pensó, hasta que había vuelto. Había estado representando el papel de otra persona.
El mismo Tirosh siente que dentro de él hay más de un mundo y que al volver se reencuentra con su yo auténtico, aunque esto le causa confusión. La novela pronto se convierte en un thriller en medio de mundos paralelos en el entorno histórico y geográfico distinto al de tantas historias pues no es Europa o Estados Unidos, con un protagonista que alejado de su vida cotidiana se ve envuelto en las maquinaciones de grupos organizados.
La tierra siempre está allí, indiferente a nuestro sufrimiento, a nuestras guerras, a los nombres que le ponemos.
Al final el lector deberá determinar si es una buena historia que se mueve en mundos distintos o son diversas historias hilvanadas alrededor del manido pretexto de los mundos paralelos con realidades distintas. El mismo personaje protagonista se ve alterado en cada cambio de mundo, parece en algún momento el arquetipo de detective sombrío que se ve envuelto en una trama que sólo al final entiende, pero queda desdibujado en cada nueva realidad. Es el peligro de jugar con una historia en la que los cambios de escenario de fondo son constantes, no es confuso ya que se puede seguir perfectamente la trama, pero queda la sensación de no acabar de conocer a Tirosh y seguramente es lo que el autor pretende mostrar, que cada realidad crea un Tirosh distinto. En el capítulo final titulado Epílogo histórico el autor aporta datos que completan los ya dados en la narración y aportan luz al entramado de la novela, a esas realidades políticas y geográficas distintas, además de vivencias y sentimientos personales del propio Tidhar.
La edición va acompañada de un prólogo que cuenta ya de antemano la realidad —o realidades— que Lior Tirosh encuentra, me alegra haberlo leído al terminar pues desvela sorpresas que prefiero encontrar en la misma novela, no antes, esa sensación hormigueante de que algo no cuadra con el mundo conocido. Y por lo que respecta al posfacio es en mi opinión tan innecesario como largo.
El autor
Lavie Tidhar (Israel, 1976) ha publicado novelas de diversos géneros que incluyen fantasía, ciencia-ficción, literatura infantil y comic, ha sido columnista en The Washington Post y ha vivido en Sudáfrica y Reino Unido. Su obra OSAMA ganó el World Fantasy Award en 2012 y el John W. Campbell Memorial Award por ESTACIÓN CENTRAL, otros premios se suman a su haber además de recibir multitud de nominaciones a otros premios.