POLLO EN PEPITORIA
POLLO EN PEPITORIA Andrés Zelada
Título original: ---
Año de publicación: 2021
Editorial: Cerbero
Colección: Wyser nº 39
Traducción: ---
Edición: 2021
Páginas: 212
ISBN:
Precio: 1,90 EUR (e-book)
Comentarios de: Magda Revetllat

Como en las peluquerías viejas que aun quedaban antes del cataclismo, Facundo lo trató como a un cliente: le puso babero y mandil, desplegó a su lado las herramientas del oficio, le dio conversación, le dio la razón, hizo justo el corte que Gabriel le pidió y fue generoso con la loción para después del afeitado.

Argumento

Un cataclismo ha dejado al mundo en un estado primitivo y la humanidad trata de sobrevivir. Algunos se agrupan en aldeas y otros viven de manera nómada, como es el caso de Gabriel.

La novela

Después de la destrucción de las sociedades tal como las conocemos se construyen nuevos asentamientos, primitivos y con grandes carencias. Mientras grupos de personas intentan reconstruir lo que el mundo fue, otras vagan en solitario como es el caso de Gabriel que, al encontrarse con un viejo conocido, nómada como él, le escucha hablar sobre una nueva población en la que se puede comer cada día y se están construyendo casas. Eso es algo más que lo que tienen muchas aldeas que Gabriel ha conocido, así que decide ir hacia allí. Encontrará la nueva población, le harán dejar sus armas con la promesa que le serán devueltas si él decide marcharse. Las normas son claras: comidas en el comedor común, un habitáculo asignado para él solo como también le son asignados sus turnos de trabajo.

Gabriel empezará a observarlo todo, los tipos de trabajo, la comida, la clínica —pues disponen de algo de material médico y personal sanitario—, las personas que habitan allí, sus preocupaciones, sus ambiciones... y empieza a elaborar un plan.

Me llamó la atención lo de la pepitoria, el relato incluye cómo la preparaba la madre de Gabriel y es que su estómago se resiente muchas veces al depender de lo que caza pues ya pocos productos enlatados en condiciones aceptables se pueden encontrar, y por ese motivo es tentador un sitio con una pequeña sociedad organizada, en la que unos cazan, otros cocinan, otros cuidan el huerto, los hay que exploran las antiguas ciudades y pueblos en busca de restos aprovechables, otros intentan reparar y mantener maquinaria que suministre electricidad, o agua corriente, algo que si tiempo atrás era lo habitual ahora es lo máximo a lo que se puede aspirar.

Gabriel no se conforma con ser uno más en ese lugar, quiere convertirse en amo, para tal propósito empezará a hacer contactos, a detectar descontentos y si no los hay, a introducir esos descontentos para incentivar ambiciones que le puedan servir en su propio beneficio.

Corto y ameno

Pese a todos los relatos postapocalípticos clásicos y los nuevos que van surgiendo, este se hace ameno y divertido. Nada de excesivo dramatismo pues, aunque narrado en tercera persona, siempre se contemplará la acción desde el punto de vista de Gabriel con su tan personal visión sardónica y egocéntrica. Por supuesto hay algo de tristeza, o de desencanto, pero las personas con las que convive en esa pequeña población miran más hacia el futuro, no hay tiempo de melancolías, además los más jóvenes tampoco han conocido la anterior etapa de la humanidad por lo que viven de manera natural los nuevos avances y el día a día.

Hay un regusto a picaresca en el relato por el tono burlón, la descripción repetida de la sensación de hambre, la importancia de la comida y ese deseo de supervivencia a través del engaño y el intento de ascenso social a toda costa, aunque aquí no se pondrá en evidencia la hipocresía de una sociedad establecida, tal vez sí la que la precedió que no supo conservar el mundo que construyó.

Incorporarse a otro estilo de vida no siempre es fácil, llegar a un lugar donde un grupo humano ya tiene unas normas, un calendario de trabajo y fiesta, un propósito y un sentido de la ética formado en un nuevo mundo, renacido tras las ruinas del anterior. ¿Puede alguien externo a todo esto sumarse como uno más y formar parte de ello?

Punto y aparte para la portada del libro, una figura en la semi oscuridad, un pequeño fuego y en el horizonte el cartel publicitario que en tantos paisajes ha permanecido, la silueta de un toro, pero si se mira en detalle se verá que uno de los cuernos está roto, nadie ha ido a repararlo, y es que es un signo más de una sociedad que ya no existe. La portada de Prez es magnífico resumen de lo que el relato contiene, no es Nueva York, ni Londres ni Japón, es ciencia-ficción española.

El autor

Andrés Zelada (Madrid, 1989) al que siempre le ha gustado leer, escribe desde la adolescencia. Al autor de POLLO EN PEPITORIA parece importarle la gastronomía, se declara concebollista y tiene publicados varios libros de ciencia-ficción y de fantasía.

© Magda Revetllat,
(792 palabras) Créditos