EE. UU., 1995Sinopsis
Sin fecha estelar. Una onda de choque, procedente de un planeta cercano, golpea a la Voyager. Janeway ordena investigar lo ocurrido, descubriendo un mundo que ha sido arrasado por una explosión polárica. La capitán se transporta a la superficie, al frente de un equipo de misión, con la intención de averiguar más detalles de lo sucedido. De pronto, Janeway y Tom Paris son trasladados de algún modo al inmediato pasado del planeta, apenas veinticuatro horas antes de la detonación que acabó con toda forma de vida. Aunque al principio la capitán se muestra reacia a cambiar la historia, impidiendo la explosión como quiere Paris, pronto las circunstancias la obligarán a cambiar de opinión.
OTRA VEZ AL PASADO, como su título indica, trata de viajes a través del tiempo, una constante en Star Trek. En esta ocasión, Janeway y Paris viajan, no por su propia voluntad ciertamente, al inmediato pasado de ese mundo cuyos habitantes han sido aniquilados apenas unas horas antes por una poderosísima explosión. Explosión que, como no tarda en descubrirse, ha provocado una serie de rupturas en el subespacio, alterando en algunas zonas el continuo espacio-temporal.
Fiel al reglamento de la Flota Estelar, la capitán no duda en poner en su sitio a Paris, cuando éste sugiere que podrían intentar impedir la inminente detonación polárica, para salvar a esa cultura humanoide tan similar a la humana del siglo XX. Como cualquier oficial de mando de la Flota, Kathryn tiene las prioridades muy claras y pretende respetar al máximo las leyes de la Federación. Sin embargo, cuando son capturados por un grupo disidente, que pretende boicotear una central de energía polárica, la capitán, temiendo que esa acción sea la que desencadene el desastre, se replantea la situación y, en última instancia, decide sincerarse con el líder de ese grupo. Mientras tanto, en la Voyager y en otro tiempo, B´Elanna Torres y Harry Kim, que han estado estudiando el asunto de las rupturas subespaciales, elaboran un plan para rescatar a la capitán y a Paris.
El episodio trata el tema de las fuentes de energía consideradas como peligrosas. La central polárica, que Makull y sus terroristas tratan de sabotear, es un trasunto de las centrales nucleares de nuestros días, obligándonos a recordar el espanto de Chernobyl. El líder disidente menciona un accidente de una de ellas, que, por lo visto, provoco un buen número de muertes. De todas formas, Janeway no las tiene todas consigo e intenta impedir que Makull y los suyos alcancen su objetivo. Pero las cosas no son lo que parecen, el origen de la detonación polárica es otro, y, afortunadamente, la capitán se percata de ello y consigue impedir in extremis la destrucción de esa cultura. Al final, todo vuelve a la normalidad, se restablece la línea temporal, y, para la tripulación de la Voyager, esos acontecimientos nunca se han producido.
Sin embargo, ahí está Kess. La bella ocampa, que fue torturada por visiones de la destrucción de ese mundo y de la muerte de millones de seres, acude al puente empujada por una extraña sensación de deja vu, pero sonríe aliviada cuando, en la pantalla y ante unos perplejos Janeway y Chakotay, comprueba que el planeta está intacto. Ella sí cree saber lo que ocurrió, o, mejor dicho, lo que pudo haber ocurrido. Pero nunca dirá nada a nadie.
Todo eso de los pedazos de subespacio flotando por ahí chirría un poco, pero el episodio consigue mantener el interés y no aburre, aunque tampoco destaca por su originalidad.
Resulta un poco chocante el atuendo de los habitantes de ese mundo. La monotonía cromática de esas camisetas rojo-anaranjadas, tan similares unas a otras, semeja la pesadilla de un daltónico. Está claro que no se rompieron la cabeza, ni se aflojaron el bolsillo, a la hora de diseñar el vestuario de estos alienígenas.
Con todo, OTRA VEZ AL PASADO es un buen capítulo para una serie Trek que estaba dando sus primeros pasos. Disfrutadlo.