En el otoño del siglo XX, llegó al fin el primer paso hacia el cumplimiento de un viejo sueño, el comienzo de la larga lección que nos enseñaríamos a nosotros mismos: que por complicados que fuéramos, por imperfectos y difíciles de describir —aun en nuestros actos y modos de ser más sencillos—, se nos podía imitar y mejorar. Y heme ahí a mí de joven, un adoptante precoz y ansioso en aquel frío amanecer.
Argumento
En una realidad alternativa en los años 80 del siglo XX, el protagonista Charlie es un londinense que gracias a la venta de la casa que fue de sus padres ha reunido el dinero para comprar un androide.
La nueva generación de seres artificiales es adquirida rápidamente y Charlie compra un Adán, aunque hubiera preferido una Eva, nombres genéricos otorgados a las versiones masculina y femenina respectivamente. Charlie se consuela pensando que Sir Alan Turing, héroe de guerra y genio de la era digital, ha adquirido el mismo modelo.
La novela
Los dos versos del poema El secreto de las máquinas de Rudyard Kipling que anteceden al relato perfilan en pocas palabras el nudo de la historia:
- Pero recordad, por favor, la Ley conforme a la cual vivimos;
- no estamos hechos para entender una mentira...
Charlie tiene grandes expectativas con su compra, se conforma con el modelo masculino ya que, al parecer, la mayor parte de las Evas se vendieron a Arabia Saudí. Adán empezará su vida compartiendo espacio y tareas con su nuevo amo y su vecina Miranda empezará a intervenir, cada vez más, en su proceso de formación.
Como ser fabricado que es, Adán llega en una caja, cubierto de cartón y plástico protector, desnudo de toda ropa, a punto para ser cargada su batería para poder empezar a funcionar y más tarde cargar las actualizaciones con las preferencias personales del comprador. Charlie y Miranda se sienten como dos padres primerizos esperando la primera palabra de su bebé.
Charlie tendrá que decidir qué factores de personalidad enfatiza en Adán, él quiere un amigo. El diseño permite configurar al androide a gusto del comprador dentro de unos parámetros dados, de esta manera la empresa fabricante se libra de toda responsabilidad en caso de que suceda algún accidente.
En una conferencia Ian McEwan comentaba que en una estancia en Manhattan vio en la calle una fila de personas, algunos incluso con sacos de dormir pues habían pasado la noche allí. Él pensó que el objetivo sería conseguir entradas para algún grupo musical famoso, pero para su sorpresa la espera era para adquirir el nuevo iPhone 4. El autor ha querido trasladar a su personaje principal la fascinación que sienten algunas personas por cada nueva generación de aparatos electrónicos. ¿Por qué alguien compraría un androide pudiendo relacionarse con los humanos de su elección? Charlie en realidad quiere un compañero, pero también un sirviente que se avenga a sus deseos y le ayude en su trabajo, en este caso en la especulación en Bolsa.
En el género de ciencia-ficción hay muchos ejemplos de androides, en el relato de Asimov EL HOMBRE BICENTENARIO el ser protagonista va conformando una personalidad única, en KLARA Y EL SOL cada pequeño androide, creado para acompañar a un niño, es único pues también tienen sus características potenciadas a niveles distintos por el diseño de fábrica. En el relato LOS SUPERJUGUETES DURAN TODO EL VERANO el personaje de Mónica Swinton siente una emoción especial hacia el androide que hace las funciones de criado y que tiene la apariencia de un anciano, parecidas emociones que Miranda puede experimentar hacia Adán. Por otra parte, aunque estos seres sintéticos sean parcialmente configurados por el comprador, siempre llevarán un diseño de base enfocado a una determinada ética de actuación que puede llevar a que tomen decisiones contrarias a quien lo adquirió, un poco en la línea de LOS HUMANOIDES de Jack Williamson.
Cada ser fabricado responderá a las necesidades del humano que lo adquiera, hasta que pueda darse el caso que el propio androide decida lo que es mejor para él. En este aspecto McEwan se ha referido a la reacción de HAL en la película 2001, UNA ODISEA DEL ESPACIO y también a las decisiones morales que deben aplicar los coches autónomos. El escritor lo definió como el terrorífico momento de evaluar la vida de unos por encima de la de otros o la vida de los demás por encima de la propia y se refirió también a un artículo leído en Nature en el que siendo encuestados grupos de población de EE. UU., Europa y China los dos primeros respondieron que los primeros en ser salvados deben ser los niños mientras que el tercero respondió que siempre se debe respetar a los mayores. Ciertamente el avance de la llamada I. A. es un largo camino por recorrer.
Por lo que respecta a la introducción de Turing como un personaje más, el autor ha comentado el respeto que siempre ha sentido hacia su figura en un tiempo donde las leyes eran terribles para personas como él y que incluyéndolo en la novela ha querido darle una vida que en la realidad no pudo ser. Es lo mismo que E. M. Forster dijo sobre su personaje Maurice en la novela del mismo nombre.
El estilo
El lector advertirá inmediatamente, por los detalles que se narran, que la historia se desarrolla en una realidad que no es la propia. Las referencias a personajes de la vida real o hechos históricos como la guerra de Las Malvinas son introducidos de vez en cuando como pequeñas pinceladas. El texto será descriptivo en su mayor parte, desde el punto de vista de Charlie, que mantendrá diálogos con Miranda, con otros personajes incluyendo Alan Turing y con Adán, que a menudo responderá a las explicaciones de su dueño con argumentaciones contrarias.
Este enfoque subjetivo desde el punto de vista del protagonista provocará que el lector comparta la perplejidad ante el desarrollo del ser que ha comprado, el cual no se sentirá obligado a obedecer todo lo que se le ordene.
Hay diversos puntos de fino humor a lo largo del relato tanto por el contexto alternativo como por las decisiones que Adán irá tomando al disponer de cierta autonomía.
El autor
Ian McEwan (Inglaterra, 1948) es licenciado en Literatura Inglesa en la Universidad de Sussex y su extensa obra ha sido favorecida con diversos premios. Sus libros se asientan en el género realista con alguna incursión a la ciencia-ficción en el caso de esta novela y la fantasía con LA CUCARACHA, en la cual un insecto se convierte en humano y llega a ser primer ministro del Reino Unido.