LA MIEL DE LOS MUNDOS
LA MIEL DE LOS MUNDOS Iván Molina Jiménez
Título original: ---
Año de publicación: 2003
Editorial: Editorama
Colección: ---
Traducción: ---
Edición: 2003
Páginas: 92
ISBN:
Precio: Descatalogado

La carátula del libro basada en una foto del Álbum de Vistas de Costa Rica de Fernando Zamora, refleja el encuentro entre esas dos realidades, la del 1934 y la galáctica.

FEBRERO 2034

Aparte de algún que otro toque macondiano y de un cierto parecido a un relato de Elia Barceló (no temáticamente hablando ni en el estilo, sino en la puesta en escena, tomando en cuenta los elementos que se prodigan para crear la sensación de escenario) tuve un conflicto con la imagen que aparece en el relato sobre las PC, posee un cierto aroma sesentero, cuando creíamos que la evolución sería por una ruta colosalista y con especialidades que nunca se dio, no se vincula con los avances reales de la informática. El humor negro socava y se instalan los nubarrones de la desesperanza, en este caso a través de los suicidios colectivos como manera de protestar contra el sistema electoral, evento quizás demasiado dramático para una acción que no revela la condición humana o no expresa el valor de la existencia más allá de la democracia (no se vive por elegir), la pregunta que acosa al lector apunta a ¿por qué acontece ese fenómeno tan singular? Quizás por que en Costa Rica los golpes de estado han estado ausentes de su historia, las transiciones se han cumplido a rajatabla y no existe ejército.

De allí que para que el país no siga dando ejemplo de entereza y queja máxima con sus propios cuerpos la ONU decide intervenir, el mal ejemplo podría cundir y el mundo enfrentar una desbandada de proporciones épicas e imprevisibles. Las jugosas notas explicativas del proceso tanto nacional como internacionalmente sirven de contrapunteo a la decisión del protagonista que como único interlocutor tendrá su programa digital y la inmensidad que se abre frente a su balcón. Como aviso es potente: el grupo de poder tico no tiene remedio, si se desea cambio habrá que refundar el país, las intervenciones humanitarias de la ONU también son criticadas de soslayo y al insertar a la clase dominante tica en el concierto de sus semejantes mundiales parece trasladar a ellos también la incapacidad para captar el anhelo de la humanidad y su ceguera condicionada por el aroma de la ganancia.

CRAKS

No hubiera querido arrancar por el relato anterior, pero debo respeto a la organización que quería darle el autor, como no existen referencias de la fecha de su redacción doy por supuesto que ha deseado imprimir un ritmo, plegar un mensaje mediante la sucesión indicada y desplegarlo al correlacionarlo con el resto de la recopilación; así, aunque he continuado por la huella trazada mi elección para iniciar la lectura se inclinaría por este relato terso cual espalda de estrella y potente como un ariete, que nos conecta con diversos autores, casi de inmediato salta al recuerdo Philip K. Dick y su MINORITY REPORT (sólo por lo que evoca pero no por la intención de abrevar en su material, que no es homenaje), o los adolescentes organizados en torno a la figura del conquistador Kuin en LOS CRONOLITOS de Robert Wilson, en un caso por el control preventivo ejercido y en el otro por la ineluctabilidad aparente de su acontecer. Acá además ligado a la figura del perpetrador, o quien tira del gatillo y del entorno explicado mediante una mirada que busca integrar los fenómenos planetarios, pero colocando como una rutilante cereza en lo alto de un tazón de frutas las particularidades ticas sobre los procesos.

Los pandilleros juveniles a quienes alude el título abrevan en los precedentes de los drugos de LA NARANJA MECÁNICA (Anthony Burgess), y quizás también en los grupos cyberpunks descritos por William Gibson en diversos textos, o con los adolescentes transformados de VITALES (Greg Bear) quienes por el contacto con nanomateriales y células madres adquieren inmunidad frente a los impulsos de control de los poderes centrales. El final reúne la tersura y la potencia en el recuerdo apenas esbozado de una mirada.

HAZAÑA PRESIDENCIAL

Arranque prometedor, rompiendo un tabú describe relaciones lésbicas derramando erotismo. Mientras algunas huellas de ZARDOZ (John Boorman) se empecinan en brotar entre las líneas, de nuevo aparece flagrante la crítica social, tanto que en ocasiones casi obtura la atención lectora, que empieza a cavilar más intensamente sobre las brechas y diferenciaciones entre ricos y pobres y si deberían relacionarse adecuada y armónicamente o desaparecer como antagonistas, en lugar de seguir las peripecias de l@s protagonist@s; sin embargo, como ocurre con frecuencia cuando un autor maneja su material, ese aparente desvío es para golpearnos aún más duro en la sesera con otra idea: en este caso al poner de relieve la relación que podría existir entre el hastío y el aburrimiento con las acciones de rebeldía (como el profesor Urrutia lo señala en Aburrimiento, rebeldía y ciberturbas). Luego deriva hacia un torrente de cinismo y oportunismo desenvuelto por el bloque de poder en su afán de canalizar hacia cauces provechosos lo acontecido y culmina con un desagradable y visceral perjuicio extremo.

Como siempre existe el nivel técnico necesario (sistemas de seguridad, controles físicos y bloqueos virtuales) para tornar creíble lo planteado, los personajes no son planos ni siquiera en su magna malevolencia, pero no se trepida en señalar que siempre pulularán ejecutores de menor cuantía para convertir las vacilaciones morales de los poderosos en abono para la toma de peores decisiones posteriormente. Preñado de juicios políticos y cargado de insolencia es profundamente reflexivo y bajo su tono aparentemente ligero mantiene la tensión narrativa para que la desfachatez no provoque asombro sino rechazo.

PEREGRINOS DEL MAR

Los ecos de Harry Harrison (¡HAGAN SITIO! ¡HAGAN SITIO!), de James Graham Ballard (BILENIO) y de Brian Aldiss (ENTORNO TOTAL) resuenan en esta terrible historia donde el capital privado se ha apoderado de casi todo rincón terrestre con valor paisajístico o económico. Una imagen potente que nos conecta con Futurama de Matt Groening: ...un cielo tan colmado de aviones y naves espaciales que, sólo por excepción se veía el titilar de alguna estrella, da la tónica entre desmesurada y apocalíptica por la que transitara este relato con abuelo y recuerdos.

El vertiginoso crecimiento del transporte probablemente aunado al de la producción (con aparición de combustibles alternativos, por que de no ser así la biosfera colapsaría) y sin abandonar la codicia como aliciente han cerrado todo espacio y todo tiempo, la gente mora de prestado, casi inútil, empobrecida y hacinada, concentrada en los ghettos de las sociedades de control anunciadas por Deleuze y Guattari, en un mundo ahora ajeno que fue para todas las especies, horrible visión de destrucción ecológica y ambiental que da miedo por la forma como se adaptan y sobreviven, se parece tanto a la actualidad que deviene creíble más allá de la contundente invectiva de un testimonio donde se combinan angustiosamente superpoblación y poder del capital privado.

LA MIEL DE LOS MUDOS

Impresionante a pesar de su brevedad, deviene casi en una broma pero con regusto a tristeza, uno quisiera que fuera más largo, no por algo lo eligió para título de la recopilación. Una historia de amour fou con cronotraslado que puede observarse al fulgor de Robert Silverberg (RUMBO A BIZANCIO o POR EL TIEMPO), Poul Anderson (VIAJE AL PASADO o EL HOMBRE QUE LLEGÓ TEMPRANO) pero sobre todo de VAGABUNDEOS PÁLIDOS de Christopher Priest, con la diferencia que la presentación del caso de Federico Zeledón debe mucho a los protocolos de la investigación científica y sus informes.

Su sociedad ha estandarizado las visitas al pasado y establecido los reglamentos adecuados, y como es imperioso para la fluidez mecánica de la pesquisa, ha eliminado las posibles implicancias emocionales, que no por ello dejarán de acontecer, ya que la realidad no se construye con edictos sino con acontecimientos globales donde tod@s participamos de una manera u otra conectados por la gran trama matricial del universo, evento que estallará cuando el aroma de la belleza derramada por Yolanda, la depositaria de un enamoramiento que va más de la época y la presencia se esparza sin tomar en consideración las imperativas burocráticas...Y entonces el lance: el misterio está servido y combina con la delicia propia del panal los cronodesplazamientos y sus paradojas, la investigación sociológica, y la nostalgia febril de un gran amor no consumado que nos acribilla desde sus líneas (Connie Willis se sentiría cómoda en este marco). Rinde discreto homenaje a Gabo al otorgar al protagonista la personalidad falsa de un periodista colombiano: Gabriel Márquez.

FINALIS

¡¡Tremendo!! La gracia humorística con que acompaña sus droláticas descripciones es tan natural que caemos presos de las palabras de Isaías, las cuales rompen el marco del encallecimiento en que podrían quedar encerradas para nutrirse de la frescura del canalla que nunca perdió por completo una cierta ingenuidad egoísta propio del período narcisista infantil. Parece imposible que un ganador del Premio Nóbel (y en varias ocasiones, tres para ser precisos) sea tan deslenguado y cínicamente aprovechado, provoca una sensación de irrealidad —que no de extrañeza al estilo brechtiano— desde el inicio, con el objetivo de que el rechazo que se gesta contra el personaje (o esa tendencia que tiende a fortalecerse a medida que se desenvuelven las peripecias) transite hacia la comprensión de que los iconos científicos también deben ser reconsiderados, por lo que no hay hagiografía sino despliegue de características. Y son desagradables.

Sin embargo, me proporcionó material para varias carcajadas, el material sicalíptico está tratado con tan exacta medida que sobreviene saleroso. Lo notable es que combina lo anterior, ya de por si estimulante, con el descubrimiento imposible de un artefacto en Marte proveniente del siglo XVI (la caja de Erasmus FINALIS con su poema) al estilo de Frederik Pohl (serie Pórtico) o Arthur Clarke (CITA CON RAMA), o Gregory Benford (Ciclo del Centro Galáctico) bebe de la sustancia maravillosa de la ciencia-ficción clásica. Así que lo revelado, empieza a excitar, las papilas a secretar y las neuronas a tejer imágenes, lo que demuestra que humor, sexo, investigación científica y misterio trazan también las coordenadas de un excelente relato de ciencia-ficción. Advierto que no soy lector de poesía pero la adjuntada para probar las teorías de FINALIS resuena a exploración espacial, armoniza con las evocaciones propias de un viajero cósmico y presta un andamiaje de verosimilitud al mecanismo del relato.

PREMIÉRE

No nos engañemos, esta viñeta demuele el apoyo estatal a la producción cinematográfica si va uncida a la consecución de propósitos formales y aceptables por tod@s y cercena la creatividad del autor o la frondosidad compleja de su temática. Y además recorre la relación entre literatura y cine, como distintos soportes cada cual con su lenguaje específico que permiten recrear un tema. Critica además la adhesión a modelos de aspecto primoroso pero vacíos de contenido, cual cascarones de gasterópodos envilecidos por sucesivos hervores y alentándonos a tomar sus aguas insípidas como si fueran deliciosas sopas. Se inserta rigurosamente en la vida e historia de Costa Rica con un agregado que apunta al derecho de asilo y solidaridad entre pueblos. Si añado que todo esto se expresa en tan sólo cuatro páginas la prisa los acuciará a leerlo.

DESPEDIDA

Una carta breve e intensa que compendia las relaciones de una pareja, puede ser dolorosa... o enaltecedora. Acá la preferencia ha sido por la diatriba enmascarada de observación objetiva (una vez más pasa por la criba el método científico aprovechando la redacción de una carta inocua en su traza pero lastrada de venenoso contenido), y aunque me adhiero a la visión de la esposa, por ese ¡Te extraño tanto! ligado a segunda oportunidad acepto que su carta de despedida puede —como cualquier protocolo de investigación— estar sujeta a variadas lecturas, y la competencia profesional al interior de un matrimonio convertirse en zancadillas y emboscadas epistemológicas. No cometo infidencia si amplifico el espectro avisando que el divorcio se avecina.

ALGODÓN DE AZÚCAR

Esta caricatura de retorno a una época periclitada se torna un ejercicio de nostalgia inconsistente, frustrante, blando y condescendiente, trata de ser bradburiano pero sólo llega a semejarse a las telenovelas mexicanas (por lo lloronas) y donde Daniel Drode metía fierro a fondo (EN LA SUPERFICIE DEL PLANETA) o Dick mostraba las entretelas del poder (LA PENÚLTIMA VERDAD), acá se inscribe en refocilarse y clamar por las bellezas de la abominable década del 50, para proponerla como el paraíso perdido. Comprendo o quiero comprender al autor, pero en este o perdí el rumbo o la forma barrió la intención.

CATARATA

Nuevo lamento, el tema daba para mucho más, pero el laconismo sólo nos permite intuir lo que habría sido desplegado trabajando con las referencias históricas y ecológicas, las explicaciones sobre las paradojas temporales y el genius loci, la ampliación de lo ambiental como sujeto indispensable de lo social, o la referencia a las puertas Qhal propuestas por C. J. Cherryh en su serie sobre Morgana (LA PUERTA DE IVREL); lo lesiona la brevedad, apenas dos páginas... y aún así tan evocadoras.

© Luis Antonio Bolaños de la Cruz,
(2.155 palabras) Créditos