La magia del escritor chino de ciencia-ficción Cixin Liu está presente en cada obra que el lector va encontrando. Ya sea su famosa trilogía de EL PROBLEMA DE LOS TRES CUERPOS en la que plantea la amenaza de una invasión alienígena, o sus relatos en torno a la era digital, al viaje espacial o al contacto con entidades que sorprenden al ser humano, el famoso autor chino se ha colocado en la mira de los lectores del género gracias a la sencillez de su prosa así como a las atractivas ideas que va plasmando en sus cuentos. En esta ocasión, toca el turno a una novela corta que aparece como una fábula política que explora el conflicto entre dos especies allá por el periodo cretácico.
Hace millones de años, las hormigas y los dinosaurios eran seres mucho más inteligentes de lo que el ser humano reconocería hoy en día. Por un lado, las hormigas desarrollaron una sociedad en la que se comunicaban mediante un lenguaje químico, mientras tanto, los dinosaurios tenían también su propia sociedad que con el tiempo ofreció grandes avances científicos y técnicos. En una época prehistórica para ambas especies, éstas se encontraron y descubrieron que podían ayudarse mutuamente: los dinosaurios podían ofrecer alimento a las hormigas, mientras que éstas podían mejorar la salud y la calidad de vida de los dinosaurios. Los pequeños insectos desarrollaron toda una tecnología médica, mientras que aquellos seres mastodónticos tenían mayores facilidades de abstracción que les permitió desarrollar campos científicos cada vez más avanzados.
Con el tiempo se desarrolló una relación casi simbiótica entre seres tan dispares. No obstante, los orgullos y las ideologías fueron creando un caldo de cultivo para que las diferencias se fueran acrecentando al grado de que se produjeran los primeros grandes conflictos armados que arrasarían casi por completo con las civilizaciones que ambas especies fueron construyendo. Luego de las devastaciones, las negociaciones y las treguas fueron calmando las cosas a lo largo de los siglos produciendo periodos de paz que se fueron haciendo cada vez más endebles. Con el tiempo, los dinosaurios se fueron convirtiendo en una amenaza para todo el mundo, por lo que las hormigas tuvieron que decidir si tomaban acciones drásticas para cambiar el rumbo de los acontecimientos.
Cixin Liu construye una fábula política bastante suave en la que plantea abiertamente como sería casi inevitable que dos grandes civilizaciones entren en conflicto tarde o temprano. Por un lado, las religiones han sido motivo de grandes conflagraciones entre diferentes grupos, y las guerras entre dinosaurios y hormigas no serían la excepción. ¿Dios creó a las hormigas a su imagen y semejanza? ¿O en realidad tiene forma de dinosaurio? Un debate teológico fue suficiente para que los dos grupos entraran en un conflicto armado y se reconociera muy tarde lo absurdo de la discusión.
Como dos civilizaciones con una cultura y una biología completamente diferentes, las hormigas y los dinosaurios siguieron teniendo diferencias cada vez más irreconciliables. Las primeras eran ecologistas, muy unidas desde un punto de vista social al grado que cada uno de sus individuos tenía un papel que llevar a cabo para la colectividad, y, asimismo, se preocupaban por todos los seres vivos incluyendo a los dinosaurios; en cambio, los dinosaurios eran acumuladores de capital, enemigos del medioambiente y una sociedad preocupada más por el consumo y la producción industrial desproporcionada. Asimismo, estos gigantescos lagartos humillaban constantemente a sus colegas hormigas y las subestimaban cuando había conflictos armados, aspecto que los llevó a sufrir grandes derrotas durante las guerras. No obstante, como avanzaba la historia se descubrió que las hormigas desconocían muchos aspectos de la civilización de los dinosaurios al grado de cometer errores irreversibles.
Así, Cixin Liu plantea que los orgullos y la falta de empatía con los otros puede llevar a desastres imprevisibles aunque a veces inevitables. En una guerra no siempre hay vencedores y vencidos, e incluso en dos sociedades con sistemas políticos tan distintos, el autor jamás toma partido por un bando, mostrando una historia crítica hacia la guerra y las diferencias entre sociedades.
Pese a las nociones morales y sociales que Cixin Liu plantea en la novela, no se enfoca del todo en los problemas entre ambas civilizaciones, sino que su interés una vez más apunta al desarrollo de grandes proyectos ingenieriles, especialmente aquellos creados por los dinosaurios. Como un escritor de lo que se podría llamar ingeniería-ficción, el autor va perdiendo de vista la fábula política que planteó desde un inicio para centrarse en toda la tecnología para la guerra y, especialmente, en el dominio de los dinosaurios de la física de la antimateria como una estrategia de disuasión. Este proyecto será delineado con detalle científico y mostrará que el verdadero dominio del autor son aquellos aspectos de la ciencia-ficción hard
Para concluir, el lector entusiasta de la obra del famoso autor chino disfrutará de una historia ágil y amena sobre las relaciones de amistad y enemistad entre dos grandes civilizaciones tecnológicas del periodo cretácico. Pese a lo ingenioso del relato, la propia formación del autor desviará la atención de la historia del conflicto político hacia los aspectos más técnicos y científicos de cada bando, aspecto que defraudará un tanto a los lectores atraídos por la fábula pero que irá despertando el interés de aquellos mucho más interesados en las ideas ingenieriles del autor.