SPECIES 4: EL DESPERTAR
SPECIES 4: EL DESPERTAR EE. UU., 2007
Título original: Species: The Awakening
Dirección: Nick Lyon
Guión: Ben Ripley, Dennis Feldman
Producción: Frank Mancuso Jr., Lorenzo O´Brien
Música: Paul Cristo, Kevin Haskins
Fotografía: Jaime Reynoso
Duración: 103 min.
IMDb:
Reparto: Helena Mattsson (Miranda); Ben Cross (Tom); Marlene Favela (Azura); Edy Arellano (Calderon); Marco Bacuzzi (Rinaldo); Roger Cudney (Leland); Meagen Fay (Celeste); Cynthia Francesconi (Collette); Dominic Keating (Forbes); Gregg Lucas (Jogger); Jorge Malpica (Church Warden); Mauricio Martinez (Dalton);
Comentarios de: Ricardo Riera

El recuerdo de su antecesora era tan terrible que me siento obligado a reconocer que SPECIES 4:EL DESPERTAR (2007), hasta la fecha última entrega de la saga, tiene al menos el acierto de ser considerablemente más corta que la secuela anterior y tener un argumento mucho menos enrevesado que no hace mención ni referencia alguna a la tercera parte, como si esta nunca hubiera ocurrido. De hecho, se trata de una película desvinculada por completo de las entregas anteriores, construida esta vez alrededor de la figura de una nueva híbrido alienígena llamada Miranda­ (la modelo/actriz sueca Helena Mattson) y cuya principal novedad es que, en esta ocasión, la chica protagonista no sabe que es una extraterrestre. Una vez que se entera (de la peor manera posible) que en realidad el hombre que ella siempre había tomado por su tío es en realidad su creador, ambos emprenden un viaje a México para encontrar al único hombre que puede ayudarle a curar sus malogrados genes humanos, que parecen estar matándola poco a poco.

Debí suponer que algo andaba mal cuando vi que el papel del científico protagonista era interpretado por Ben Cross, un actor que suele hacer casi siempre de villano rastrero y que aquí se supone es el héroe de la historia. Como personaje ciertamente no resulta muy heroico que digamos, ya que toda la premisa de la película parte de decisiones morales bastante cuestionables. Paradójicamente, a pesar de que no quedan dudas de que esta entrega es la más modesta de las cuatro en cuanto a medios, ha perdido por completo la desvergüenza serie B de las anteriores (sobre todo las primeras dos), por lo que pretensiones y resultados se anulan en secuencias claramente bochornosas; el tono de seriedad y oscuridad que la película ostenta se pierde en medio de largas lenguas retráctiles, un bochornoso uso de CGI, monjas voladoras y la visión de un flemático Ben Cross bailando una cumbia cubana.

Como en SPECIES 3 (2004), esta vez también hay una alienígena malvada, que en un evidente alarde de exotismo es interpretada por Marlene Favela, una famosa actriz mejicana de telenovelas quien, muy previsiblemente, resulta mucho más atractiva que la sosa rubia protagonista. Los despelotes de las dos chicas son un poco más pronunciados que en la anterior secuela, pero el auténtico subtexto erótico de las dos primeras películas está completamente desperdiciado. La Favela (que más bien parece una femme fatale asistente de un supervillano) es todo un placer para los ojos pero poco más, ya que no sólo su personaje resulta ridículo y confuso en cuanto a sus intenciones, sino que encima escucharla hablar es una experiencia bastante penosa (imprescindible la versión original para captar el horror). Aunque siendo justos, la verdad es que la mayor parte de sus diálogos hubiesen sido imposibles de recitar con naturalidad.

El clímax final, previsiblemente una confrontación entre los dos monstruos, es bastante pobre y caótico, ya que las dos alienígenas pasan de buena a mala sin ningún tipo de criterio, limitándose sólo a darse mamporros mientras Ben Cross intenta sobrevivir de la mejor manera posible. Está claro entonces que todo el argumento anterior ha sido simplemente una excusa para tener esta escena de lucha en particular, lo que la hace aún más decepcionante. Y sí, esta es una de esas películas en las que al final hay una gran explosión. Es también la única de las cuatro entregas de la saga que no deja el final abierto para una secuela, lo cual sumado a su escasa notoriedad, pareciera indicar que esta serie de rubias extraterrestres parece haber llegado a su fin. Sin embargo, nunca se sabe, principalmente porque al estar ya a quince años del estreno de la primera parte, algo me dice que en unos cuantos años a lo sumo nos podrían sorprender con un remake de esos que salen de la nada.

© Ricardo Riera,
(646 palabras) Créditos
Publicado originalmente en Horas de oscuridad el 21 de enero de 2010