DEPREDADOR 2
DEPREDADOR 2 EE. UU., 1990
Título original: Predator 2
Dirección: Stephen Hopkins
Guión: Jim Thomas, John Thomas
Producción: John Davis, Lawrence Gordon, Joel Silver
Música: Alan Silvestri
Fotografía: Peter Levy
Duración: 108 min.
IMDb:
Reparto: Kevin Peter Hall (Predator); Danny Glover (Teniente Mike Harrigan); Gary Busey (Peter Keyes); Rubén Blades (Danny Archuleta); Maria Conchita Alonso (Leona Cantrell); Bill Paxton (Jerry Lambert); Robert Davi (Capitán Phil Heinemann); Adam Baldwin (Garber); Kent McCord (Capitán B. Pilgrim); Morton Downey Jr. (Tony Pope); Calvin Lockhart (King Willie);
Comentarios de: Ricardo Riera

Una cosa que nunca he conseguido entender es el desprecio casi generalizado que existe hacia PREDATOR 2 (1990) incluso entre aquellos entusiastas de la original de John McTiernan. Hasta el propio Arnold Schwarzenegger manifestó en su momento su escaso interés en esta secuela, argumentando que el cambio de ambientación (en lugar de la selva, esta segunda parte tiene lugar en una Los Ángeles futurista asolada por una guerra entre bandas callejeras) desechaba uno de los mayores atractivos de la primera parte. De entrada esta es una afirmación con la que no puedo estar de acuerdo; por el contrario me parece que llevar el monstruo a la ciudad era el paso lógico a dar para una continuación. Entre otras cosas porque dicho escenario (tan peligroso y caótico como la selva, no nos engañemos) permite a la película tomar el camino inevitable de las secuelas en cuanto a presentar los mismos elementos exitosos de la original pero a lo grande, y si bien es cierto que el misterio que rodeaba al personaje en la primera película no puede ser reproducido, no es menos verdadero que el monstruo en esta ocasión es mucho más brutal y representa un auténtico desafío para el aguerrido protagonista.

Otro de los grandes aciertos que tiene PREDATOR 2 es su capacidad para dejarnos intuir aspectos clave de la mitología de los monstruos y su origen sin necesidad de diálogos explicativos. De hecho el guionista John Thomas, artífice también de la primera parte, decía en una ocasión que su idea era dejar claro que esta vez los protagonistas se enfrentaban a un ejemplar alienígena más joven, lo cual en parte explicaría tanto el nuevo arsenal de armas como la arrogancia del monstruo al cazar en una ciudad en pleno centro de la civilización humana. No estoy seguro de que dicha intención se haya conseguido del todo, pero sí me parece muy conseguida la manera en que Thomas repite el esquema presentado en la original de 1987; al igual que en la primera parte, PREDATOR 2 parece en un principio una película muy distinta, un policial bastante típico ambientado en una ciudad sutilmente futurista (el avance tecnológico únicamente es apreciable en las armas de fuego) en la que un misterioso asesino masacra indiscriminadamente a los miembros de dos terribles bandas rivales, mientras los agentes de policía (liderados por un Danny Glover inusualmente metido en un papel protagónico de héroe tosco y brutal) intentan descubrir su identidad y se encuentran con más de lo que pueden lidiar.

Es a partir de la entrada en escena del monstruo cuando la película comienza a meterse poco a poco en terreno ciencia-ficción, llegando a su punto máximo con la aparición de personal del gobierno que enlazan el argumento con la primera película. Es de destacar que el líder de estos agentes especiales iba a ser originalmente interpretado por un Schwarzenegger crepuscular y al final terminó cayendo en las manos de Gary Busey en un personaje muy distinto que por supuesto comete el error garrafal de querer atrapar a la criatura con vida en lugar de matarla. La explicación acerca de este plan es el único momento discursivo de PREDATOR 2, ya que el resto está completamente dominado por una violencia y brutalidad incluso mayor que en la primera parte, aderezadas por la exhibición de las nuevas armas alienígenas y la lluvia de tiros que se intercambian prácticamente todos los personajes.

Es en el tramo final, una vez más, donde está la verdadera esencia de esta secuela; aparte de desarrollarse toda en una sola maravillosa secuencia (literalmente, casi todo el tercer acto es una sola persecución en la que Danny Glover da caza al monstruo que se ha cargado a su mejor amigo) entronca perfectamente con el espíritu de la original al convertir la lucha contra el predator en un mano a mano contra un hombre solo, en este caso un policía malencarado y bruto que a se reconoce en plena desventaja ante aquel enigma de otro mundo. Esta pelea final, ambientada en el que es posiblemente el mejor escenario en el que podía terminar la cinta (nada menos que la nave del monstruo, sala de trofeos incluída) no sólo está genialmente resuelta por el director Stephen Hopkins sino que encima permite un atisbo (leve, sutil) a toda una mitología que se extendería por muchos medios más y que daría, con tan sólo una imagen de un par de segundos, la excusa perfecta para un crossover bastante esperado. A veinte años de su estreno, PREDATOR 2 es reinvindicable muy a pesar de que en su momento no haya salido bien parada, y el estreno de la ya muy postergada tercera entrega este verano tiene un listón muy alto que alcanzar.

© Ricardo Riera, (786 palabras) Créditos
Publicado originalmente en Horas de oscuridad el 15 de junio de 2010
CC by-nc-nd 3.0