No hay nada peor que un narrador que no sabe lo que quiere contar. Es lo que les ocurre a Reed Morano y Mike Makowsky, director y guionista respectivamente, de esta deslavazada historia postapocalíptica que deja al espectador con un palmo de narices y preguntándose de que iba esto.
La cosa arranca bien, en la línea de tantas narraciones similares en las que el protagonista se ha quedado solo, más o menos, en el Mundo después de que el resto de a humanidad haya muerto, desaparecido o huido a un lugar mejor. Del, (Peter Dinklage) ejerce ese papel con persistente tristeza ya que se ha impuesto la tarea de recoger y enterrar los cadáveres de sus paisano, muertos todos de forma repentina por causas no muy claras. El por qué tampoco es importante, se habla de pasada de un virus, o epidemia, el caso es que todos menos él han muerto y sus cadáveres siembran el pueblo. Más adelante se describe una escena que puede haberle motivado para echarse sobre los hombros tal tarea, pero tampoco es demasiado determinante.
Lo interesante es que, en su soledad, Del ha sistematizado sus rutinas y vive dentro de una relativa felicidad hasta que aparece Grace (Elle Fanning). Otro clásico casi obligado dentro de este subgénero. Al superviviente solitario se le aparece un segundo superviviente que le desbarata el pequeño universo que ha forjado. Además, la personalidad es enojosamente opuesta, las motivaciones distintas y la forma de ver la situación muy diferente.
Por lo general, en sucesivas escenas ambos supervivientes van limando diferencias y acercando puntos de vista hasta que deben colaborar para enfrentarse a dificultades sobrevenidas que harán que al fin se conviertan en una tribu de verdad. Y si son de sexos distintos, dedicarse a repoblar la Tierra.
Hasta aquí el guión solo es original por la pulsión que lleva a Del a limpiar el pueblo, todo lo demás, la aparición de Grace, su explosiva personalidad, los conflictos y las dificultades finales ya están muy vistos.
Se puede pensar que el cambio acaba agradando a Del. Durante toda su vida ha vivido entre la conmiseración y el desprecio de sus paisanos, no es ningún secreto que Peter Dinklage, es lo que antes se llamaba enano, (ahora no se muy bien cual es la fórmula de cuatro palabras que describe la acondroplasia de forma no ofensiva), viviendo en una soledad acompañada
debido a su condición.
Tras el incidente
está efectivamente solo, pero ya puede ser él mismo, dedicándose a sus cosas. Entierra, pesca, clasifica los libros de la biblioteca municipal, y lo más importante, ya nadie le mira con lástima y un punto de horror. Cuando llega Grace intenta que se vaya por todos los medios, pero ella insiste en quedarse, y ahí es donde se demuestra que pese a vivir feliz
Del necesita, como todos, la compañía humana.
Lo desconcertante es el conflicto final: la aparición de los padres de Grace. Hasta ese momento se ha sugerido que oculta un terrible secreto. La aparición de sus padres, el fríamente educado comportamiento de estos para con Del, la desesperación de Grace cuando al fin se la llevan, induce a pensar que algo terrible se va a gestar...
Sin embargo, todo finaliza al mismo ritmo pausado. Por la parquedad de medios y el tono reflexivo de las primeras escenas lo que menos se esperaba era un final cataclísmico, a lo MAD MAX, pero tampoco un desenlace tan frío, con tan poca garra y tan desajustado con la primera hora de película. Es como si Morano y Makowsky hubieran llegado a un punto en el que ya no sabían como continuar y se decidieron por lo primero que se les pasó por la cabeza, con un par de retoques a lo ideado hasta ese momento para encajarlo en la historia de Grace y Del.
Historia que, por otro lado, tampoco es que fuera de una tensión dramática muy alta. Quizá por querer imprimir ese aire tristón a la película Peter Dinklage y Elle Fanning se empaparon del ambiente y ofrecen a su vez interpretaciones tristonas, no frías, ni desganadas, pero en Elle Fanning se percibe una contención forzada, aunque su personaje es la viva pasión comparado con el del Peter Dinklage, que además tiene el problema añadido de que, de momento, es difícil desacoplarle de Tyrion Lannister.
Finalmente tenemos una película voluntariosa, pero sosa, se intenta bucear en el alma humana, la soledad, la diferencia y todas esas cosas que de cuando en cuando los narradores dicen explorar, y pese a que como narración es coherente y está bien hilada, el tono triste y la indefinición argumental acaba por hacer de la película un espectáculo más bien plomizo.