LA ZONA NEUTRAL
Star Trek TNG: LA ZONA NEUTRAL EE. UU., 1988
Título original: Star Trek Tng: The Neutral Zone
Dirección: James L. Conway
Guión: Maurice Hurley
Producción: Gene Roddenberry
Música: Jerry Goldsmith y Ron Jones
Fotografía: Edward R. Brown
Duración: 45 min.
IMDb:
Reparto: Patrick Stewart (Picard); Jonathan Frakes (Riker); Brent Spiner (Data); Marina Sirtis (Troi); Gates McFadden (Dra. Crusher); Levar Burton (La Forge); Michael Dorn (Worf); Wil Wheaton (Wesley); Peter Mark Richman (Ralph Offenhouse); Gracie Harrison (Clare Raymond); Leon Rippy (L. Q. Sonny Clemonds); Marc Alaimo (Tebok); Anthony James (Thei)
Temporada: 1, Episodio: 25

Sinopsis

Fecha estelar 41986.0. La Enterprise encuentra una antigua nave espacial terrestre a la deriva. Un equipo, dirigido por Data, se transporta a ella y halla los cuerpos hibernados de tres personas, que a sugerencia del androide son trasladados a la nave estelar. Por otra parte, varios puestos avanzados de la Federación, situados a lo largo de la zona neutral romulana, han sido destruidos, y Picard debe averiguar por quién y por qué.

Entradilla
Entradilla

En este episodio, último de la primera temporada, todavía se nota muchísimo la influencia de TOS, pues su argumento semeja una combinación de los de EL EQUILIBRIO DEL TERROR y SEMILLA ESPACIAL, dos de las historias más memorables de la primera temporada de la serie clásica. No obstante, aunque toma elementos de los dos capítulos citados, no puede hablarse ni de un remake ni mucho menos de un refrito. Al contrario que otras historias pergeñadas en los inicios de TNG, que fusilaban descaradamente el Star Trek clásico, LA ZONA NEUTRAL posee su propia entidad, y resulta ser uno de los mejores episodios del comienzo de la serie.

LA ZONA NEUTRAL ofrece un inteligente estudio de las reacciones de personas con la mentalidad de nuestra época, al ser introducidas en la sociedad del siglo XXIV. Los tres humanos de principios del siglo XXI, dos hombres y una mujer, se enfrentan a un mundo muy tecnificado, que para ellos resulta en principio incomprensible. El que primero y mejor parece adaptarse a la forma de vida de la vigesimocuarta centuria es Sonny Clemonds, el viva la Vírgen del terceto. Clare Raymond muestra una gran confusión, pues no sabe si podrá acomodarse a su nueva vida. Pero el choque entre ambas concepciones de la sociedad lo representa el enfrentamiento entre Offenhouse y Picard. Los dos son líderes natos, hombres con las ideas muy claras, que están acostumbrados a mandar, pero son tan distintos entre ellos como las diferentes épocas a las que pertenecen. Offenhouse defiende a ultranza los valores de la sociedad capitalista occidental, imperantes en buena parte de la Tierra hoy día; Picard los principios humanistas por los que se rige la sociedad terrícola del siglo XXIV. Los dos poseen caracteres muy fuertes, pero Offenhouse acaba asumiendo, aunque un tanto a regañadientes, que para vivir en esa época, para tener una segunda oportunidad, tendrá que adaptarse y renunciar a muchas de sus creencias. Picard hace una sensata y ponderada defensa del modo de vida del siglo XXIV, insistiendo en que en su presente las necesidades materiales ya están cubiertas, y en que los retos a los que ahora se enfrenta la humanidad son otros.

Un poco de charleta introductoria
Un poco de charleta introductoria

Como no podía ser de otro modo, Offenhouse es presentado como un hombre duro y decidido, pero noble y honrado, capaz de analizar la situación ponderadamente y sacar conclusiones acertadas, como demuestra en la escena del puente, cuando Picard está discutiendo con los romulanos. Offenhouse viene a ser como la cara amable del capitalismo norteamericano. A pesar de ello, creo que el episodio habría quedado mejor si, a la hora de describirlo, se hubiese incidido más profundamente en las taras y vicios que caracterizan el capitalismo salvaje que domina buena parte de nuestra sociedad actual. Pero claro, TNG estaba empezando y no era cosa de turbar a la todavía inestable audiencia con argumentos duros y comprometidos.

Los romulanos, especie que protagonizó dos capítulos de la serie clásica y que fue un tanto eclipsada por los klingon, regresan a Star Trek y esta vez para quedarse. Era preciso dotar a la Federación de un enemigo a su altura. Los ferengi, decididamente estúpidos de puro codiciosos, no daban la talla. Los romulanos de TNG son algo distintos de los de TOS, aunque las diferencias no son tan acentuadas como las de los klingon. A nivel estético, se desarrolló para ellos un nuevo maquillaje que les endureció las facciones, confiriéndoles así una apariencia más amenazadora. También se diseñó un nuevo uniforme para ellos, lejanamente inspirado en el que lucieron en TOS, con unas hombreras que acentúan su aspecto de coraza. En lo que se refiere a su protagonismo, aunque aquí aparecen tan sólo durante unos minutos, irá adquiriendo relevancia a lo largo de la serie, con episodios memorables protagonizados por ellos, y entre los que destacarán aquellos en los que aparezca el comandante Tomalak, magistralmente interpretado por el desaparecido Andreas Katsulas, que realizaría su interpretación más memorable y recordada en Babylon 5 como el inimitable G´Kar. La historia y desarrollo del imperio romulano será una de las vertientes argumentales más interesantes de TNG.

En el apartado técnico destacan las maquetas de la nave terrestre del siglo XXI y del nuevo Pájaro de Guerra romulano, que a partir de aquí será la nave capital empleada por esta raza.

¡Oh! ¡Si! ¡Ellos! ¡Los romulanos!
¡Oh! ¡Si! ¡Ellos! ¡Los romulanos!

Mención especial merece la criónica. Eso de preservar el cuerpo inmediatamente después de la muerte, para intentar revivirlo décadas o siglos después, cuando presumiblemente la ciencia médica haya encontrado la cura para determinadas enfermedades, es muy sugestivo. De todas formas, aunque Offenhouse y los demás están casi exultantes ante la nueva vida que se les ofrece, Data les informa que la de crionizar los cadáveres fue sólo una moda pasajera, que no se prolongó más allá de la mitad del siglo XXI.

LA ZONA NEUTRAL presenta el regreso de la que yo considero una de las razas alienígenas más notables del universo trek. La advertencia final del episodio es muy clara: Hemos vuelto. A partir de aquí, tanto la Federación como su Flota Estelar tendrán que andarse con pies de plomo.

© Antonio Quintana Carrandi, (921 palabras) Créditos