EL MEJOR ORDENADOR
Star Trek TOS: EL MEJOR ORDENADOR EE. UU., 1968
Título original: The Ultimate Computer
Dirección: John Meredyth Lucas
Guión: D. C. Fontana, sobre una historia de Laurence N. Wolfe.
Producción: John Meredyth Lucas y Gene Roddenberry
Música: Alexander Courage, Sol Kaplan y Fred Steiner
Fotografía: Jerry Finnerman
Duración: 50 min.
IMDb:
Reparto: William Shatner (capitán James Kirk); Leonard Nimoy (Spock); Deforest Kelley (doctor McCoy); James Doohan (Scott); Walter Koenig (Chekov); George Takei (Sulu); Nichelle Nichols (Uhura); William Marshall (doctor Richard Daystrom), Barry Russo (comodoro Robert Wesley)
Temporada: 2, Episodio: 24

Sinopsis

Fecha estelar 4729, 4. La Enterprise es designada por la Flota para probar la unidad Multitronic-5, una computadora de última generación diseñada por el doctor Richard Daystrom, que es capaz, en teoría, de gobernar por sí sola una nave estelar. En un principio todo parece marchar bien, pero, de pronto, el M-5 comienza a actuar por su cuenta, toma el control absoluto de la nave y destruye un carguero robot. Horrorizado, Kirk pretende desconectar la computadora, pero ésta ha sido diseñada para auto-protegerse y controla todos los sistemas del navío. Tras provocar la muerte de un ayudante del ingeniero jefe, el M-5 ataca con fuego real a la flotilla de cuatro naves federales que participan en el simulacro de combate con la Enterprise. A pesar de sus esfuerzos, Kirk y su reducida tripulación no pueden hacer nada por impedirlo, ya que ni siquiera pueden comunicarse con el comodoro Wesley, comandante de la pequeña escuadra, para informarle de lo que ocurre. Ante el cariz que toman los acontecimientos, Wesley recibe autorización del Estado Mayor para destruir la Enterprise. Kirk, desesperado, trata de encontrar una manera de neutralizar al M-5, antes de que las naves federales descarguen toda su potencia de fuego sobre ellos.

M5 un poco enfadado
M5 un poco enfadado

Star Trek TOS, a pesar de desarrollarse en un futuro marcado por unos fabulosos avances tecnológicos, se ha caracterizado siempre por su profundo sentido humanista y por presentar sin tapujos el peligro que para la humanidad representaría una dependencia excesiva de las máquinas. EL MEJOR ORDENADOR nos ofrece una lúcida advertencia sobre los riesgos que conllevaría el dejar determinadas decisiones en manos de una computadora, por muy perfecta que ésta pudiera ser. Esta es, por encima de cualquier otra cosa, una densa historia de personajes, en la que la acción se centra en el tenso duelo entre Kirk y Daystrom y sus distintas formas de entender no sólo la exploración espacial, sino también el desarrollo tecnológico. El científico es un firme partidario de confiar las misiones exploratorias a las máquinas, pues sostiene que los hombres han nacido para otras cosas, y no para hallar la muerte en un remoto planeta en aras de la expansión humana por la galaxia. Kirk es el símbolo del espíritu aventurero, explorador y colonizador que ha caracterizado a la especie humana desde el amanecer de los tiempos. El choque entre ellos es inevitable y se produce en el mismo momento en que se conocen, en la sala de máquinas de la nave. El capitán no oculta su admiración por los logros de Daystrom, pero tampoco su desconfianza ante el artefacto que ha creado. Cuando Daystrom conecta el M-5, Kirk admite ante Bones que tiene un mal presentimiento. Como veremos según avance el episodio, nuestro idolatrado capitán está en lo cierto, y es que parece haber desarrollado un sexto sentido, una especie de alerta roja como él mismo la llama, que le avisa de cualquier peligro que pueda cernirse sobre su amada Enterprise.

Richard Daystrom nos es presentado como uno de los mejores científicos de la Federación, un hombre excepcional, que ganó el Premio Nobel con tan sólo veinticuatro años y que ha dedicado su vida a los ordenadores, tratando de crear la computadora perfecta, que libere a la humanidad de los esfuerzos que requiere la exploración galáctica. Pero también es un hombre aislado en sí mismo, tan centrado en su trabajo que éste se ha convertido en una obsesión para él, con las nefastas consecuencias que cabe suponer. Es un genio, ciertamente; pero también una persona que ha perdido el norte y que no es plenamente consciente del terror tecnológico que ha creado. De hecho, incluso parece orgulloso del M-5, aunque éste haya destruido la USS Excalibur, matando a sus 430 tripulantes.

Kirk, como se ha dicho, desconfía de Daystrom y su invento. Spock lo admira profunda y sinceramente, aunque no está de acuerdo con algunos de sus postulados. Y en cuanto a McCoy... La reacción de nuestro cascarrabias pero entrañable médico de pueblo es la más visceral: si por él fuera, Daystrom y su cacharro podrían haberse ido a hacer puñetas al otro extremo del universo. Como siempre, Bones no pierde ocasión de despotricar contra la cada vez más acusada dependencia del hombre de la tecnología, lo que da pie a unos memorables duelos verbales entre él y Spock. Scotty, por su parte, demuestra por enésima vez su absoluta lealtad a Kirk, pues, a pesar de las órdenes recibidas de la Flota Estelar, no permite que Daystrom conecte el M-5 al sistema informático de la Enterprise hasta que el capitán se lo ordena directamente. Sulu, Chekov y Uhura tampoco parecen estar muy conformes con la dichosa AI. No hay que perderse el gesto de fastidio del bueno de Pavel cuando se dispone a calcular una órbita y descubre que ese trasto ya lo ha hecho por él. Uhura no se molesta en disimular su desagrado cuando el M-5 se hace con el control de su panel de comunicaciones, y en cuanto a Hikaru, es el único que mantiene una expresión inescrutable durante todo el episodio, pero adivinamos que no le hace maldita la gracia dejar que ese chisme lleve el timón de su adorada Enterprise. Sin embargo, es Spock quien verbaliza el sentir de todos cuando le dice al capitán que una nave también se mueve por lealtad, y que no desea servir a las órdenes de un ordenador.

El capítulo trata un tema de rabiosa actualidad a finales de los años sesenta. En aquella época comenzaban a aparecer los primeros robots industriales, cuyo uso se generalizaría a partir de la década siguiente y provocaría numerosos despidos, principalmente en el sector de la automoción. Star Trek, como siempre, llevaba a la pantalla, en forma de relato de ciencia-ficción, los problemas e inquietudes sociales y políticas de su tiempo. Por aquel entonces mucha gente temía perder su trabajo por culpa de una máquina, y el sentir de esas personas queda maravillosamente plasmado en varias escenas del episodio. Como esa en la que el capitán se pregunta si Daystrom tiene razón, si su reacción de rechazo y desconfianza ante el M-5 se debe a su temor de perder su trabajo, y no sólo eso, sino también el prestigio y el poder que conlleva el mando de una nave estelar. Menos mal que Bones, que habría sido un magnífico psicólogo, está ahí para hacerle ver las cosas como realmente son.

Kirk sacudiendo el polvo a Daystrom
Kirk sacudiendo el polvo a Daystrom

Kirk posee una habilidad innata para destruir máquinas dañinas. En EL MEJOR ORDENADOR recurre a una argucia similar a la que utilizó anteriormente en EL SUPLANTADOR, octavo episodio de esta segunda temporada. En aquella ocasión consiguió volver loca a la sonda Nomad, induciéndola a autodestruirse. Daystrom ha logrado insertar engramas cerebrales humanos, los suyos propios, en los circuitos del M-5. Convencido de que el ordenador ha asimilado de algún modo ciertos conceptos morales humanos, Jim obliga al M-5 a enfrentarse a sus propios actos, que han provocado la pérdida de numerosas vidas. La escena en la que nuestro admirado capitán logra que la computadora se suicide para expiar sus culpas no tiene nada de tensa o espectacular, pero es lógica y coherente con el espíritu de la historia que se narra.

Hablemos ahora de Robert Wesley. El comodoro es un viejo amigo de Kirk, pero esa amistad no debe de ser muy profunda y sincera que digamos. Tras las primeras y satisfactorias pruebas del M-5, Wesley envía sus saludos al capitán de la Enterprise, dirigiéndose a él con un apodo que se utilizaba en la Academia de la Flota para referirse a algo inútil, como dando a entender que con la computadora de Daystrom a bordo, la figura de Jim Kirk ya no es necesaria en la nave insignia de la Flota Estelar. Una broma tan cruel no es propia de un buen amigo, precisamente, lo que explica que el personaje del comodoro sea uno de los menos apreciados por los fans de la serie clásica. A pesar de todo, Wesley es un magnífico oficial y Jim, en el clímax del episodio, cuando todo parece perdido y las naves federales se disponen a asestar el golpe de gracia a la Enterprise, lo confía todo a la humanidad de su amigo, quien, justo es decirlo, demuestra estar a la altura de las esperanzas de nuestro idolatrado capitán. Barry Russo, que da vida a Wesley, ya había participado antes en Star Trek, interpretando al jefe de seguridad teniente comandante Giotto en el memorable EL DIABLO EN LA OSCURIDAD de la primera temporada.

William Marshall era uno de los mejores actores negros de su generación. Su interpretación de Daystrom es magistral, pues consigue transmitirnos, con sencillez y emotividad a un tiempo, los diversos estados de ánimo por los que pasa su personaje. Aunque al finalizar el episodio tenemos la sensación de que Daystrom es un hombre acabado, lo cierto es que, según la cronología de ficción trek, se repuso y continuó adelante con su carrera. En el siglo XXIV, según se nos reveló en DS9, existe en la Tierra un Instituto Tecnológico Daystrom, bautizado así en su honor. De hecho, fue en ese Instituto donde se desarrollaron los denominados circuitos bioneurales, que son la base de los sistemas informáticos de las unidades de la Flota Estelar a partir de la entrada en servicio de las naves clase Intrepid.

El inimitable estilo de M5
El inimitable estilo de M5

Los efectos especiales son efectivos pero poco espectaculares. Las imágenes de la escuadra federal se lograron clonando una toma de la Enterprise, el carguero robot es la maqueta usada en SEMILLA ESPACIAL para representar la SS Botany Bay, y en cuanto a la estación espacial, es idéntica a la K-7 de LOS TRIBBLES Y SUS TRIBULACIONES. Tampoco puede decirse que el M-5 sea un aparato vistoso. Su curioso monitor circular, con luces fluctuantes formando aguas, sería empleado posteriormente en el episodio MISIÓN: LA TIERRA, como uno de los componentes del fabuloso computador de Gary Seven. El efecto fotográfico mejor logrado de EL MEJOR ORDENADOR es el del flujo de energía que se establece entre el M-5 y los motores de la nave.

Para concluir, sólo añadiré que la moraleja del episodio puede resumirse en una frase: Tecnología, sí; pero siempre bajo control humano. Este es el mensaje humanista que nos transmite EL MEJOR ORDENADOR, una de las grandes historias que nos ofreció Star Trek TOS, sin ninguna duda, la mejor serie de ciencia-ficción que ha existido.

© Antonio Quintana Carrandi, (1.744 palabras) Créditos