LAS GRAVES PLANICIES
LAS GRAVES PLANICIES Antonio Santos
Título original: ---
Año de publicación: 2011
Editorial: Grupo Ajec
Colección: Arrakis Ficción, nº 1
Traducción: ---
Edición: 2011
Páginas: 286
ISBN:
Precio: Descatalogado

Poco después del estreno de AVATAR, me vi rebatiendo en la lista de correo de #cienciaficción algunas afirmaciones sobre su carácter pulp. Autointertextualizándome (o hipertextualizándome, a saber): tomar el argumento mondo y lirondo (de la película) y decir que bebe de la tradición pulp solo porque coincide con algunos planteamientos clásicos no me vale.

Al pulp se le pide algo más, un héroe de una pieza que no se dedique a deambular de acá para allá como el majadero de Sully, que los salvajes sean salvajes y no una panda de pitufos jipiosos, una épica constante, y no el batallus-interruptus que nos regala James Cameron ¿Por qué, pregunto, por qué en vez de la caballería en forma de veinte mil jinetes iracundos a lomos de sus caballos y dragones cabreados, abre las puertas de Faunia y manda una estampida de herbívoros con la tripa floja? Eso ni es épico ni es nada.

Además, el pulp es cutre y carcunda por naturaleza, hijo de una época en la que el héroe es el machoman blancoanglosajón. Si se gana la confianza y se hace el jefe de los nativos es porque es más listo, más alto, más fuerte y más todo que cualquiera de esos subseres, de los que circunstancialmente se sirve para sus propósitos y él, superior en todo, es quien enseña, no quien aprende. Por cierto, lo nativos suelen ser bastante cabrones y si el héroe se deja coger, que no debería ser el caso, se las hacen pasar putas, muy putas, antes siquiera de considerarle animalillo semoviente (ver UN HOMBRE LLAMADO CABALLO, extrañamente poco citada entre las muchas fuentes en las que se ha inspirado Cameron)

El machoman blancoanglosajón pulpero, si se trajina a la tía buena es porque puede (y se trajinará a todas las del pueblo si le dejan, no nos quepa duda) no enamoriscamiento post-adolescente mediante. El héroe pulp es el primero de la fila cuando a degollar enemigos toca, pero las degollinas empiezan casi en la primera página, no al final y en plan fragmento contentador de los amantes de los mamporros (hay cachos en la peli para contentar a todo el mundo, la taquilla manda)

Y lo más importante, el pulp no es moñas. Puede atufar a filo-fascismo racista y cristianoide a millas, pero nada de lo que ha caído en mis manos pierde un segundo con chufas del estilo flower-power-new-age comomolalacomuniónconlosescarabajos de AVATAR.

Vale, hasta aquí parece que me he dedicado a hablar de AVATAR y no de la novela que nos ocupa ¡Meec! ¡Error! Precisamente AVATAR no es nada de lo que he comentado mientras que LAS GRAVES PLANICIES lo tiene todo y en grado sumo, es desaforada, épica, aventurera, las degollinas se suceden a gran velocidad, princesas mollares (una, en realidad: Idris Coriolis) se pasean en cueros página tras página, los malos son más malos que el pan mohoso y los salvajes bestiales hasta el sadismo. En el bando de los buenos, que hay unos cuantos, la imperturbabilidad se entrevera con la misantropía, el arrojo, la valentía, unas cuantas y sobresalientes cualidades atléticas y, para que no todo sea perfecto, la pura fantochada.

Si quisiera lucirme diría que LAS GRAVES PLANICIES es la deconstrucción en clave postmoderna de UNA PRINCESA DE MARTE, o algo así, y no estaría faltando a la verdad. Antonio Santos toma la novela de Burroughs (repetimos, Edgar Rice, no William) la desmonta sobre un cajón lleno de los héroes épicos del cine, literatura y cómic del siglo XX, y la vuelve a montar respetando la esencia de la aventura original, pero añadiéndole una larguísima lista de personajes bizarros, desde el impertubable Doc Sav hasta el solitario y motorizado Max. Por si la novela no fuera ya de por si trepidante el lector puede jugar a descubrir quien se esconde realmente tras los nombres impostados de los buenos, incluso de alguno de los malos que, como la mayoría de los buenos, han ido a parar a Marsoon (no, Barsoom no, Marsoon) de una forma tan misteriosa que hace palidecer cualquier otro misterio misterioso.

En la alteración de los nombres se encuentra la primera pista de un elemento fundamental en LAS GRAVES PLANICIES: el humor, la retranca con la que Antonio Santos desgrana las aventuras del memo (si, es tonto de remate, aunque...) de Alex Hidalgo. No solo es el tono exagerado, que de puro desaforado resulta hilarante, con el que el propio Alex cuenta sus aventuras, las apostillas que regularmente vienen a ponerle en su justo lugar arrancan sonrisa tras sonrisa, (y hasta carcajadas) Ese estilo ampuloso y excesivo no es casualidad, el pulp se escribía así, exagerando, sobreadjetivando, creando una imaginería enérgica en un tiempo en el que el cine (y poco después la televisión) estaba dando sus primeros pasos y aún los efectos especiales no habían arrinconado a los argumentos. En el pulp había que transmitir vívidamente al lector las imágenes que al autor se le pasaban por la cabeza. El ejemplo más claro, y aclamado, sigue siendo Lovecraft, su prosa, llena de figuras amenazadoras resultaba desasosegante, incluso hoy día, en el que el gore ha pasado a llamarse thriller forense.

También se podría hablar de LAS GRAVES PLANICIES como de pulp crepuscular. El pulp nunca se ha caracterizado precisamente por la pulcritud de sus escenarios y protagonistas, antes al contrario, la mugre de mil batallas y viajes por caminos polvorientos, la suciedad de los callejones oscuros, el moho de las mazmorras, todo ello se acumula en ropajes y valijas, si el héroe está limpio, inmaculado, sin que la sangre de sus enemigos le cubra de arriba abajo, no es un héroe. De esto, mugre y sangre, también hay mucho en LAS GRAVES PLANICIES, pero también hay amargura, Marsoon es un mundo en decadencia, los intrusos, llegados de mil mundos, penan por encontrar la forma de escapar de allí, mientras sus habitantes indígenas, ylohis y caquis (se menciona a los grises, pero...) se debaten entre la brutalidad y la adocenamiento.

Lo que no se le puede negar al autor es su el amplio bagaje, que además no se ha preocupado en esconder. Desde la pasta base de UNA PRINCESA DE MARTE hasta la más reciente SKY CAPTAIN, pasando por MAD MAX, se rastrea también el DEN de Richard Corben o EL GARAJE HERMÉTICO de Moebius, incluso Alex Hidalgo parece salir de QUE SE MUERAN LOS FEOS, de Boris Vian, por no hablar de las referencias de las ni he sido consciente. De todas saca algún provecho, y de todas hay mayor o menor retorno.

El único pero que se le puede poner a la novela es que la prosa excesiva se cobra su tributo en forma de algún pasaje caótico y elecciones no siempre afortunadas en la adjetivación. Al principio puede resultar chocante, incluso irritante, pero el desarrollo de los acontecimiento absorbe cualquier aspereza y termina por convertirla en una lectura de lo más gratificante.

Ahora solo queda esperar cual será el futuro del Grupo AJEC, al día de la fecha con graves problemas económicos, que podrían suponer un inconveniente para la continuidad de la serie, porque de una serie (no serial, ni enelogía, con LAS GRAVES PLANICIES se cumple la promesa de novelas autoconclusivas) de, en un principio, cinco novelas se trata.

Esperemos buenas noticia, y entre tanto, a pasar un rato trepidante con esta novela.

© Francisco José Súñer Iglesias, (1.227 palabras) Créditos