Espacio 1999: SEPARACIÓN
ESPACIO 1999: SEPARACIÓN Gran Bretaña, 1975
Título original: Breakaway
Dirección: Lee H. Katzin
Guión: George Bellak
Producción: Sylvia y Gerry Anderson
Música: Barry Gray
Fotografía: Frank Watts
Duración: 50 min.
IMDb:
Reparto: Martin Landau (comandante John Koenig); Barbara Bain (doctora Helena Russell); Barry Morse (profesor Victor Bergman); Roy Dotrice (comisionado Simmons); Nick Tate (Alan Carter); Zienia Merton (Sandra Benes); Prentiss Hancook (Paul Morrow); Anton Phillips (doctor Mathias); Lon Satton (Ouma); Eric Carter (Collins); Philip Madoc (comandante Gorski)

Sinopsis

Septiembre de 1999. Algunos miembros de la base lunar Alpha son atacados por un tipo de virus desconocido, que afecta a sus cerebros volviéndoles literalmente locos, coincidiendo con el nombramiento de John Koenig, un experimentado astronauta, como nuevo comandante de la colonia. Es un momento especialmente delicado, pues se está preparando el envío de una nave tripulada a Meta, planeta extrasolar que parece poseer condiciones aptas par la vida humana. El comisionado Simmons, miembro de la Comisión Astronáutica Mundial, quiere que Koenig resuelva la situación de forma discreta, pues si la opinión pública llegara a conocer lo que ocurre en la Luna ello podría afectar negativamente al proyecto Meta, que sin duda sería cancelado, pues algunos de sus miembros figuran entre las víctimas de la extraña dolencia. Ya en Alpha, Koenig descubrirá que la CAM ha mantenido en secreto la muerte de varios astronautas, lo que le lleva a enfrentarse con Simmons, que pretende seguir adelante con la misión Meta a toda costa. Pronto se descubre que no existe ningún virus, si no que los astronautas enfermos han sido afectados por una forma de radiación magnética originada en los depósitos de residuos atómicos. Consciente de que puede producirse una reacción incontrolada en cualquier momento, el comandante pide a Simmons que se suspendan los envíos de deshechos nucleares. Pero ya es demasiado tarde. Una gran explosión saca a la Luna de su órbita y la proyecta hacia las profundidades del cosmos.

Alan Carter y el comandante Koening
Alan Carter y el comandante Koening

Espacio 1999 fue el resultado final de un proyecto largamente acariciado por Sylvia y Gerry Anderson. En principio, los productores planeaban rodar una continuación de UFO (OVNI en España), su celebrada primera serie con actores de carne y hueso. La acción de esta UFO II se desarrollaría en la base lunar que conocimos en las aventuras del comandante Stryker y su gente, y habría de estar repleta de espectaculares batallas entre las naves terrestres y los platillos volantes enemigos. El proceso de preproducción de esta nueva UFO se dilató tanto, y se llevaron a cabo cambios tan radicales en su esquema general, que al final lo único que quedó del proyecto inicial fue la mencionada base lunar, aunque con un diseño muy distinto del visto en la serie anterior. Lo que sucedió fue que a los Anderson y sus colaboradores se les ocurrieron sobre la marcha ideas nuevas que, convenientemente desarrolladas, fueron el germen de lo que llegaría a ser Espacio 1999.

Para su nueva aventura televisiva, el matrimonio Anderson decidió tirar la casa por la ventana y dotarla de un diseño de producción de gran calidad. A favor de los productores jugaba su dilatada experiencia en el empleo de maquetas y trucajes de todo tipo en sus producciones anteriores, que siempre habían gozado del favor del público mundial. El trabajo de los decoradores, los encargados de vestuario y los técnicos de efectos especiales, éstos últimos dirigidos por el gran Brian Johnson, fue magnífico en todos los aspectos.

Los logrados exteriores
Los logrados exteriores

SEPARACIÓN (o ESCAPADA, según los países) fue el episodio piloto de la nueva serie. En sus cincuenta minutos de metraje ofrecía un despliegue de efectos especiales y elaboradas maquetas nunca visto hasta entonces en la pequeña pantalla. El argumento sitúa la acción en 1999, fecha en la que según los guionistas la humanidad se habría lanzado ya a la conquista de nuestro sistema solar, siendo su avance más notorio en este campo la construcción de una colonia autosuficiente en la Luna, la base Alpha. Pero aparte de su función como puerto intermedio entre la Tierra y el espacio profundo, la base lunar se utiliza también como centro de gestión de los residuos altamente contaminantes generados por las centrales nucleares, que son transportados a la Luna y almacenados en depósitos especiales. Estos residuos serán los causantes de la explosión atómica que arrancará nuestro satélite natural de su órbita, expeliéndolo al espacio exterior. En el ínterin conoceremos a los personajes principales de la historia, entre los que destacan el comandante John Koenig, un oficial astronauta de brillante carrera que es, además un líder nato; la doctora Helena Russell, eficiente oficial jefe médico de la base, y el profesor Victor Bergman, eminente científico. Nos encontraremos también a los estupendos secundarios fijos: Paul Morrow, Sandra Benes, el doctor Mathias, ayudante de Russell­, y sobre todo al primer piloto Alan Carter, que dejaría un recuerdo imborrable en los seguidores de la serie. El primer villano de Espacio 1999 es, para no variar, un político, un funcionario, un burócrata: el cargante comisionado Simmons, que hace oídos sordos a las advertencias de Koenig. Simmons recibirá su justo castigo en el episodio titulado HACIA LA TIERRA. El papel fue interpretado por Roy Dotrice, actor que muchos años después encarnaría un rol similar en el último episodio de la segunda temporada de la mítica Babylon 5, titulado LA CAÍDA DE LA NOCHE.

La doctora Russell
La doctora Russell

Pero lo más destacable de SEPARACIÓN son, obviamente, los efectos especiales, extraordinarios para su época: las vistas exteriores de Alpha, las zonas de almacenamiento de residuos nucleares, la estación espacial con la astronave atracada junto a ella, el diseño de interiores de la base y las naves y, por encima de todo ello, las portentosas Águilas, que habrían de convertirse en las maquetas más admiradas y reproducidas por los aficionados al modelismo de todo el mundo, causaron honda impresión a los aficionados de entonces, acostumbrados a la estética tecnocutre de otras producciones. Cuando se estrenó la serie en nuestro país, la mayoría de los televisores eran en blanco y negro, y aun así las imágenes del episodio resultaban impactantes y espectaculares, lo que da una idea de lo bien realizada que estaba la serie.

El tono del episodio es gris, reflexivo, incluso pesimista en ocasiones, y esta tónica se mantendría durante los veintisiete capítulos restantes de la primera temporada, lo que llevaría a muchos críticos de televisión a calificar a Espacio 1999 como la Space Opera filosófica. Este planteamiento argumental jugó en su contra, al menos en los países anglófonos, en los que su emisión pasó sin pena ni gloria y suscitó durísimas críticas. Curiosamente, la serie tuvo gran aceptación en el mundo hispanohablante, pasando a la historia como una de las más apreciadas por los aficionados a la ciencia-ficción de esas naciones. Otro tanto ocurrió en Italia, quizá porque la primera temporada se rodó en coproducción con la RAI. Sin embargo, el país en el que mejor cuajó Espacio 1999 fue España, donde una legión de seguidores (entre ellos el autor de estas líneas) se movilizó para conseguir cambiar su emisión a una franja horaria más adecuada, objetivo que logramos tras inundar de cartas la sede de TVE en Prado del Rey.

Águila
Águila

Visto hoy, este primer episodio demuestra que la serie ha envejecido bastante, aunque conserva buena parte de su encanto, sobre todo para los que nos iniciamos en la ciencia-ficción televisiva con ella. Es cierto que los monitores en blanco y negro, las computadoras que dan sus datos en tiras de papel y otros detalles similares pueden arrancar una sonrisa condescendiente al espectador de hoy, pero en su momento fue la producción más vanguardista y cuidada del género. Por otra parte, las perfectísimas miniaturas, las sugerentes recreaciones de planetas, estrellas y galaxias, los espléndidos decorados de la base lunar y el fabuloso diseño de las Águilas están tan logrados que marcaron un antes y un después en el diseño de producción de películas y series de ciencia-ficción. Aunque sólo fuera por eso, Espacio 1999 habría merecido ser recordada.

Con SEPARACIÓN, John Koenig y la dotación de Alpha iniciaron, hace treinta y seis años, su epopeya de náufragos cósmicos, para solaz y disfrute de los amantes de las aventuras espaciales. Disfrutemos, por tanto, de este magnifico primer episodio de un gran clásico de la televisión.

© Antonio Quintana Carrandi, (1.291 palabras) Créditos