Hace algún tiempo comenté que un libro que se precie de consistente, tanto en el argumento como en el ritmo, debería ser capaz de resistir múltiples viajes en transporte público sin que el lector sienta los agobios, las prisas y los empujones de su alrededor. Si el libro es capaz de abstraer hasta el punto que el lector soporta insensible el bolso de aristas afilada con el que la señora de su izquierda se empeña en castigarle las costillas, si ante fétidos alientos aromatizados a carajillo se comporta como un curtido forense, y si hasta que no llega a la cabecera de la línea no cae en la cuenta que lleva la última media hora pasándose una parada tras otra, es prácticamente seguro que estamos ante un gran libro.
Pues bien, MÁRTIR cumple con estas premisas y algunas más; es ágil, entretenido, tiene misterios, acción, héroes indestructibles, artefactos siniestros, corporaciones malosas, militares corruptos, chamanes místicos, monstruos feos comehombres, etc., etc., etc.
Aunque está basado en el juego Dead Space, y de él toma el argumento básico, el escenario y actores son relativamente diferentes. Por lo pronto la acción de Dead Space se desarrolla en una estación espacial plagada de esos monstruos feos comehombres, mientras que MÁRTIR está ambientada en una plataforma marina en el golfo de México. Dead Space cuenta con un único protagonista mata-monstruos y MARTIR con una amplia planopia de personajes bastante variada. Por lo demás viene a ser todo lo mismo, una serie de circunstancias llevan a que las respectivas tripulaciones se vean convertidas en seres enfermizamente amorfos y sedientos de sangre. El protagonista, tras variadas peripecias, se encuentra finalmente transitando por pasillos en penumbra, cuando no directamente a oscuras, masacrando monstruos a modo. Lo bueno de MÁRTIR es que B. K. Evenson es capaz de construir una historia llena de detalles que, independientemente de la degollina final, es lo suficientemente sólida por si misma como para atrapar toda la atención del lector sin que para ello sean precisos los detalles morbosos, que los hay y en abundancia, que cumplen como un elemento más de la narración.
Si hay que buscar antecedentes se puede pensar en MÁRTIR como una mezcla de EVENT HORIZON, ESFERA, y disformidades warhameras. Michael Altman, geólogo trabaja en Chicxulub, al norte de la península del Yucatán, en diversos proyectos mineros. La vida es aburrida el trabajo monótono, hasta que un día empiezan a sucederse extraños sucesos, a una irregular emisión de señales electromagnéticas se une una inesperada anomalía gravitacional y una inusual ola de malestar se propaga entre los habitantes de la región. Todo parece tener origen en las actividades de DredgerCorp, una compañía minera famosa por sus métodos poco ortodoxos, por no decir irregulares y/o directamente ilegales. Al parecer han descubierto en el fondo marino un artefacto sin origen conocido que ha provocado un sangriento incidente en uno de los submarinos prospectores de la compañía. El incidente sale a la luz y, casi sin darse cuenta, toda la comunidad científica de los alrededores se ve involucrada en el asunto, que con la excusa de recuperar el submarino, se convierte en una operación encubierta de extracción del artefacto.
La novela está escrita con precisión quirúrgica, a Evenson le bastan muy pocas pinceladas para dibujar unos personajes principales que pueden pecar de estereotipados (el matón, el militar sin escrúpulos, el científico vendido al dinero, el científico adocenado, el científico excesivamente curioso) pero que tienen la suficiente personalidad propia como para hacerlos perfectamente distinguibles de los demás. Tampoco se entretiene en exceso con el escenario: un laboratorio es un laboratorio y una plataforma marina es una plataforma marina, dar detalles más allá de los necesarios para el desarrollo de la historia es superfluo. Las escenas son cortas y en todo momento está sucediendo algo relevante, no se desperdician páginas con alardes inútiles, si exceptuamos precisamente las que dan sentido a la parte jugable
y hasta los pocos interludios explicativos también tienen su propia tensión narrativa.
Únicamente dos puntos a tener en cuenta antes de embarcarse en la lectura: si eres de los que busca algo más en la literatura MÁRTIR te puede decepcionar, ofrece solo lo que se ve: entretenimiento puro y duro, sin malabares ni artificios. Por otro lado, si lo tuyo no son los tiros, los desmembramientos y los excesos hemoglobínicos esta tampoco es tu novela.