Texto de contraporta:
Entre los Pueblos del Pacto y el Martillo de Dios existe un estado de guerra fría que se ha prolongado durante más de veinte años. Una guerra sin ejércitos en la que las batallas se libran en la oscuridad y la información es el arma más peligrosa.
En ese mundo (que en ocasiones parece la Edad Media, en otras, el Renacimiento y en otras, el siglo XIX) vive Yáxtor Brandan, adepto empírico al servicio de la reina de Alboné, un personaje implacable, amoral y carente de escrúpulos que lucha por recuperar su propio pasado mientras intenta impedir que un nuevo jugador en el juego del espionaje ponga fin al mundo, tal como se le conoce.
Yáxtor Brandan es un espía que trabaja al servicio de la reina de Alboné, asesinando sin piedad a otros agentes de estados rivales o destruyendo instalaciones enemigas. La isla en la que se sitúa Alboné sufre la amenaza de la vecina Wahrang en forma de un artefacto de gran potencia, una bomba de Malas Noticias, un ingenio atómico capaz de destruir una nación entera. Una de estas bombas fue robada de Alboné y ahora se encuentra en paradero desconocido. Brandan es movilizado para encontrarla y desactivarla.
Y es entonces cuando entra en juego un tercer participante, una organización secreta igualmente interesada en la bomba y en sembrar el caos entre las distintas naciones que pugnan entre sí.
Martínez propone con su novela un homenaje claro y directo al inmortal personaje creado por el escritor británico Ian Fleming, más conocido y popular por las adaptaciones al séptimo arte, y en donde ha sido interpretado en radio, televisión y cine por hasta doce actores distintos y protagonista en más de veinte largometrajes. Y, por supuesto, también hay lugar para la esquiva Sociedad Permanente Ejecutiva de Contraespionaje, Terrorismo, Rebelión y Aniquilamiento. La presencia de varios supervillanos, chicas-bond, aliados, Q branch, M y algún que otro gadget completan el agasajo.
Pero el de Candás es original y despliega toda una serie de elementos imaginarios: bosqueoscuros impenetrables, portales de transporte, carneútiles esclavizados y mensajeros exudados. Unos elementos propios del mundo de la fantasía que se mezclan con la acción pura y dura creando el universo sui géneris de la novela, difícil de concretar por el lector pero muy singular y lleno de matices. La guerra fría llama a la fantasía, se podría decir.
¿Espía o terrorista de estado? ¿Quién es Yáxtor Brandan? Capaz de consumar el asesinato a sangre fría, de escapar de prisión y sobrevivir bebiendo la sangre de otros presos, el adepto sirve a su reina pero a la vez busca el vacío de sus recuerdos, el robo de su memoria por parte de sus enemigos.
Por desgracia, Rodolfo Martínez no resuelve los misterios que se van presentando a lo largo de la novela y se centra en narrar las idas y venidas del incansable Brandan, describiendo sus atroces castigos, su nada escrupuloso proceder de espía veterano, sus muchas conquistas e insaciable apetito sexual, deteniéndose sólo para regodearse y desplegar la fina ironía y la flema que han hecho famoso a Bond (y también a Brandan) Por consiguiente, no sería raro pensar en una posible continuación o en la creación de un grupo de novelas al estilo de los pastiches holmesianos publicados en Bibliópolis.
Cabe destacar también la forma en como se ha publicado esta novela, tal y como explica el propio Martínez en una entrevista realizada por Julián Díez para Literatura Prospectiva, por medio del nuevo servicio de impresión digital bajo demanda de Amazon.com y que permite que la obra, sin tener grandes tiradas ni estar en stock, siempre esté disponible, nunca se agote ni pueda caer en los saldos.