Texto de contraportada
Zektivs: las nuevas estrellas mediáticas cuyas proezas en la carretera se siguen sin aliento en todos los rincones del mundo. Son los modernos gladiadores de las multinacionales, hombres y mujeres dispuestos a jugarse la vida para defender un contrato en duelos sobre el asfalto.
Richard Morgan extrapola a partir de los vientos neoliberales que azotan la sociedad contemporánea y recrea un futuro próximo donde la globalización ha llegado a sus ultimas consecuencias. Hipnótica e inapelable. Leyes de mercado se proclama en ambición y resultados la primera gran novela de ciencia-ficción del nuevo milenio.
En un futuro próximo empresas que determinan los destinos de países en vías de desarrollo se disputan los contratos en carreras de coches, carreras que son a muerte. Vuelve con sangre en las ruedas o no vuelvas
, es el consejo de Jack Notley, director de Shorn Associates, una de las compañías líderes en el sector. Chris Faulkner será el nuevo fichaje en Shorn para disgusto de Louise Hewitt, la directora de la sección de Inversión en Conflictos, departamento que suele brindar en sus momentos de triunfo por las guerras pequeñas, pues son esas guerrillas entre dirigentes de países las que les hacen ganar dinero.
Faulkner emprenderá un camino que le cambiará, si bien al principio no le gustan las armas pronto será un habitual en la sala de práctica de tiro y eso afectará y mucho a su vida personal. La novela se mueve entre los dos territorios de la vida de Chris Faulkner. Por un lado, el profesional con sus alianzas, negocios, compra de armas, contactos con países y por otro su vida doméstica en la que progresivamente se ve más alejado de la que un día fue su amante esposa y compañera.
Aunque Chris disfrute con su trabajo siempre tendrá de fondo una voz, un Pepito Grillo que le cuestionará si ese era el objetivo que tenía en su vida. Dejar el trabajo supondría volver a las zonas donde creció, suburbios tan peligrosos como insalubres en una Inglaterra muy lejos de su glorioso pasado.
Para mi lo fascinante de esta novela es cómo dos argumentos contradictorios entre sí pueden llegar a parecer igual de coherentes (dando por sabido que coherente no es sinónimo de justo o ético). Si Carla, la esposa de Chris, intenta seguir viviendo fiel a su ética reforzada por los ideales de su padre, Faulkner se verá inmerso en un estilo de vida al que por múltiples razones le será difícil dejar. Los argumentos de Notley y la creciente amistad con Mike Bryant que trabaja en el mismo departamento, le atraparán para desesperación de Carla la cual no cree que la violencia solucione nada.
La crudeza de algunas situaciones se combina en algún momento con humor, humor muy negro a veces y las descripciones en algunos momentos pueden transportar al lector y hacerle sentir lo que siente el protagonista en esas calles de viejos coches y edificios abandonados en una ciudad en ruinas. También es divertido cómo el autor se cita a sí mismo pues al hablar de unos libros que le han dejado a Chris, uno de ellos es una novela de un detective en el futuro que va cambiando de cuerpo, clara referencia a CARBONO ALTERADO, su obra más famosa y libro que a Chris no le acaba de gustar.
Relato impactante en el que los ascensos se ganan con la sangre de los contrincantes y en el que las palabras coche de empresa
tienen un significado muy distinto al actual y que deja claro que ni en el futuro las organizaciones mundiales bienintencionadas serán más poderosas que las feroces corporaciones.
Novela cuidada en sus formas, ágil y que mantiene siempre un ritmo de lectura constante y sin altibajos, prueba de la habilidad de este capaz escritor. LEYES DE MERCADO es una novela que cuida los personajes, complejos, bien definidos, muy humanos, detallados y llenos de matices. La historia es la habitual del héroe que progresa en una sociedad enferma, lleno de contradicciones y arrastrando sus propios fantasmas. La novela explica la evolución del personaje, de como a medida que progresa modifica su conducta y sus bases éticas para sobrevivir.
Sin embargo, un defecto curioso es, que teniendo personajes bien trabajados, todos son muy parecidos entre sí, con sus propias miserias y virtudes, pero con formas de razonamiento similares.
Aún así la novela funciona muy bien. Su inicio hace suponer algo banal y muy juvenil, pero desemboca en la crítica feroz de los efectos del mercado salvaje, del capitalismo sin ataduras, sólo en algún momento muy bien situado se explica cual es el origen de este mundo tan perverso, pero no por ello menos realista y plausible.
LEYES DE MERCADO es una novela que habla de personas y de la supervivencia por encima de cualquier otra ley. Morgan muestra salvajes carreras de coches, a modo de combates de neo-gladiadores, para expresar que no existe ninguna ética cuando el dinero impone su ley. Un mundo donde el aparato político es puro cartón-piedra y las empresas acaparan tanto poder que funcionan como estados, donde no existen los ciudadanos, sólo los consumidores.
Los derechos de la novela se han comprado para realizar una película, que mucho me temo, se quedará solo en los combates de coches, lo mas superficial y pueril de toda la novela.
Richard Morgan me ha dado pie a leer más novelas suyas, buena ciencia-ficción, aquella que nos habla del futuro a la vuelta de la esquina; la más compleja de escribir pero también la más creíble. La de un mundo en decadencia y en autodestrucción constante, donde las diferencias de clases son infinitas. Una auténtica selva no de cemento en este caso, sino de asfalto y curvas peraltadas.