LA MOSCA
LA MOSCA EE.UU., 1958
Título original: The Fly
Dirección: Kurt Neumann
Guión: James Clavell, según el relato de George Langelaan
Producción: Twenty Century Fox
Música: Paul Sawtell
Fotografía: Karl Struss
Duración: 94 min.
IMDb:
Reparto: David Hedison (Andre Delambre); Patricia Owens (Helene Delambre); Vincent Price (François Delambre); Herbert Marshall (Inspector Charas); Kathleen Freeman (Emma); Betty Lou Gerson (Enfermera Andersone); Charles Herbert (Philippe Delambre)

Una llamada telefónica de Hélène cuñada de François Delambre informa a éste que su hermano André ha aparecido muerto debajo de una prensa en una de sus fábricas, y que ella ha sido la responsable de su muerte. El cadáver aparece con la cabeza y el brazo izquierdo aplastados. La policía averigua que Hélène sabe manejar la máquina y que puede haber matado perfectamente a su esposo tal y como ella afirma. François se niega a aceptarlo, pero el comportamiento de su cuñada, que parece una demente, le hace dudar. Hélène tiene una fijación con las moscas, lo mismo que su hijo Philippe. Averigua que en la casa de su hermano han estado intentando encontrar una mosca extraña con una cabeza blanca y una rara pata. Para hacer hablar a su cuñada le dice que ha capturado la mosca que buscaba. Después de esta noticia, Hélène se derrumba y empieza a contar una extraordinaria historia.

Esta es una primera aproximación al argumento de LA MOSCA, película producida por la Fox en el año 1958 y basada, yo diría que adaptada excepcionalmente, en el relato del escritor canadiense George Langeelan. La adaptación sigue con absoluta fidelidad el relato original, con una curiosa modificación: los personajes en la película son canadienses, mientras que en el cuento son ingleses.

La película esta dividida en dos bloques uno al comienzo que enlaza con el final y que trascurren ambos en el presente, y un bloque central contado en forma de flash back por Hélène. Este bloque central es el que reúne los elementos de ficción que hace que la película sea un claro exponente de la Ciencia-Ficción de la década de los cincuenta.

Encontramos los temas redundantes de la época tanto en literatura como en cine: Científico con invención revolucionaria y los peligros de la ciencia, que tanto estaban de moda. En este caso el científico no es un maníaco que pretende conquistar el mundo; aquí es un altruista que con su invento de la teleportación pretende mejorar la vida de la humanidad. Pero nos encontramos también con los perniciosos efectos secundarios de todo invento que comprueba en su propio cuerpo André.

Los dos bloques en los que está dividido el film son magistrales dentro de su entorno: el primero se encuadra dentro del género policíaco y se centra en la investigación del supuesto asesinato. El inspector Chamas quiere saber por qué en una familia aparentemente normal y bien avenida se comete este asesinato. La teoría de la locura de la esposa es puesta en duda ya que su comportamiento es perfectamente lúcido, a excepción de su manía por los insectos. En el segundo bloque nos enteraremos del por qué de esta actitud. El fallido experimento con sus terribles consecuencias hace que la única solución viable sea la destrucción de las pruebas en la prensa hidráulica. Esta explicación no convence al inspector, ya que el móvil único del asesinato es el propio experimento de teletransportación, del que no quedan pruebas. Hasta el terrible final no quedará convencido de que hay que dar una solución diplomática al caso ya que, de contar la verdad, todos pueden terminar en un psiquiátrico.

Una de las bazas con la que juega la película es mostrarnos muy poco a poco el misterio de la muerte de André. Los datos van apareciendo con cuentagotas y cada uno que se añade conforma un cuadro terrorífico que se va estrechando en torno a los protagonistas. Primeramente comprobamos que el experimento no es del todo fiable ya que en las pruebas las cosas no salen todo lo bien que debieran; el plato reintegrado al revés o el gato desaparecido nos preparan para lo que todos ya sospechamos: la terrible consecuencia cuando André prueba su tele-transportador en sí mismo. Todo lo que se nos cuenta a continuación va encaminado a una solución, que se antoja muy difícil. Las escenas de desesperación de Hélène tratando de encontrar la mosca, su tremendo nerviosismo y su absoluta frustración cuando no puede encontrarla, crean una atmósfera que nos muestra por elipsis lo que debe estar sufriendo el científico protagonista hasta el llegar al momento, en que comprenden ambos, que la muerte es su la única solución viable. La esposa no puede por menos que ayudarlo en este trance.

Por supuesto en el aspecto científico de la cuestión el film es mas una fantasía que una extrapolación científica, con visos de verosimilitud. Ahora bien, existen elementos que nos hacen pensar que se ha cuidado un mínimo la parte pseudo-científica. El laboratorio cuenta con un ordenador de la época, basado en los modelos de IBM, que es el que hace los cálculos para la desintegración-integración, cosa que por otra parte, y en el supuesto de que fuera posible, sería un elemento indispensable para lograr una tele-transportación. Por descontado la mezcla de hombre-mosca sería un híbrido inviable. Además dentro del contexto mismo del film hay una flagrante barbaridad: El hombre mosca y la mosca con cabeza de hombre, conservan ambos su inteligencia, aunque en el caso del hombre-mosca, éste la vaya perdiendo.

Secuelas

EL REGRESO DE LA MOSCA (RETURN OF THE FLY), dirigida en 1959 por Edward L. Bernds. Esta película se rueda en blanco y negro y producida por una filial de Fox, la Associated Productions. Trascurre 15 años después de la acción de la primera y también es protagonizada por Vincent Price en el mismo papel de la primera película. En este caso el hijo de André reconstruye el trabajo de su padre, con la ayuda de su tío. Por supuesto vuelve a ocurrir lo mismo que en la original, aunque en este caso existe una trama de espionaje industrial que es la que provoca el accidente. Hay mutaciones bastante mas desagradables como la del inspector de policía con manos de rata. El hijo es mucho mas mosca que el padre ya que tiene los dos miembros superiores de mosca. Una cabeza espantosamente realizada remarcan la mediocridad de esta continuación

LA MALDICION DE LA MOSCA (THE CURSE OF THE FLY),. dirigida en 1965 por Ron Sharp. Esta producción británica tiene sólo un ligero parecido con las dos anteriores. Aunque los protagonistas son también la familia Delambre, la acción ahora se sitúa entre Canadá y el Reino Unido. El nudo argumental se basa de nuevo en la teleportación, esta vez es el intento de transferencia a larga distancia. Sin embargo no existe en esta película ninguna mutación, por lo que no se entiende demasiado el título. La maldición del título se refiere a los problemas psiquiátricos de la familia Delambre

Remakes

LA MOSCA (THE FLY) dirigida en 1986 por David Cronenberg y con Jeff Goldblum de protagonista en el papel del científico Seth Brundle. Cronenberg expone, en este apreciable remake, la transformación física extrema del protagonista que influye fundamentalmente en la actitud sicológica del científico. Las características de la supuesta mosca, mezcladas con el ADN humano van haciendo cada vez mas peligroso a Seth. Con escenas francamente gore, a las que ya nos tiene acostumbrados el director, es una película francamente interesante, aunque difiere notablemente de su antecedente.

LA MOSCA II (THE FLY II) dirigida en 1989 por Chris Wallas. Tenemos aquí una continuación sui generis del anterior film. El hijo de Seth ha nacido con un ADN mutado entre mosca y hombre. Se encuentra recluido en un centro de experimentación, con el fin de ser estudiado por los científicos. No es una gran secuela y no aporta nada nuevo a la mucho mas sólida película anterior

Anecdotario

LA MOSCA costó 325.000 dolares y tuvo una gran aceptación en la época. Su recaudación en USA cubrió ampliamente las espectativas de la productora, llegando a los 3 millones de dólares.

Para la cabeza de la mosca Ben Nyle (autor del maquillaje y máscaras del PLANETA DE LOS SIMIOS) hizo un molde de látex de la cara de Hedison y sobre él se trabajó para conseguir la máscara.

La actriz Patricia Owens tenía una auténtica fobia a los insectos, por lo que su actuación no tuvo que ser forzada por el director

Se llegaron a instalar 396 bombillas de colores en los paneles que funcionaban todos.

El cuento en que se basa la película THE FLY se publicó originalmente en Playboy en el año 1957 obteniendo el premio al mejor cuento escrito del año en la revista.

Se postuló como actor principal a Michael Rennie (ULTIMATUM A LA TIERRA), pero este rechazó el guión.

El actor Al Hedison no es otro que David Hedison, que por aquella época tenía ese nombre artístico. Este actor encarnaría al capitán Lee Crane del Seawiew en la serie Viaje al fondo del mar (Voyage to the bottom of the sea) de Irwin Allen y también fue el agente de la CIA y de la DEA Felix Leiter en los films VIVE Y DEJA MORIR y 007 LICENCIA PARA MATAR pertenecientes a la serie de James Bond.

Bibliografía

  • LA VOZ MAS AGUDA DE LA MOSCA ES VEROSIMIL artículo de Jordi José y Manuel Moreno en CIBERP@IS 8-04-1999
  • HAY ALGO AHÍ AFUERA. Jordi Costa. Glenat. Biblioteca del Dr. Vértigo nº 9
  • RUMBO AL INFINITO. Pablo Herranz. Middons
© Alfonso Merelo, Huelva
(1.526 palabras) Créditos

Uno de los personajes arquetípicos del cine fantástico es el del científico cuyos experimentos provocan algún desastre. En LA MOSCA tenemos a uno de esos científicos, aunque no se trata aquí del manido sabio medio loco empeñado en llevar adelante, contra viento y marea, y sin reparar en las consecuencias, sus disparatados propósitos. André Delambre (David Hedison) es un buen padre de familia y un amante esposo que ama la ciencia por los beneficios que ésta puede reportar al conjunto de la humanidad. El bueno de André no trata de crear ninguna arma suprema, ni de modificar la genética humana para crear un superhombre, ni nada por el estilo. No. Delambre trabaja, ni más ni menos, que en un dispositivo de teletransportación, como los que se ven habitualmente en Star Trek. Ha descubierto que se puede desintegrar la materia, proyectarla a distancia y reintegrarla en el punto de destino, y su obsesión es construir un aparato que permita la traslación instantánea de cualquier cosa, incluso un ser vivo. Logra construir el aparato y decide probarlo él mismo. Pero una mosca se introduce en la máquina con él, provocando un horrible intercambio molecular entre el hombre y el insecto.

La película comienza como un thriller, con el asesinato de André por su esposa Helene (Patricia Owens) y casi la totalidad del metraje es un flashback en el que se nos narra, con todo lujo de detalles, la trágica peripecia del científico víctima de su propio experimento. Al salir de la cabina teletransportadora André descubre, horrorizado, que su cabeza y uno de sus brazos son como los de una mosca, pero monstruosamente mayores. Comprendiendo lo que ha ocurrido, el científico tratará de ocultarle todo ese horror a su mujer, mientras trabaja denodadamente para tratar de invertir el proceso y recuperar su apariencia humana. André oculta su monstruosa faz insectoide bajo un trapo negro, pero en un momento dado su brazo mutado queda al descubierto ante los horrorizados ojos de Patricia. Esto sólo es el comienzo del horror, porque poco a poco la bestia conseguirá ir anulando la voluntad del hombre hasta que este, usando de lo poco de humano que todavía queda en él, decide quitarse la vida. Esto da pie a otra impactante escena. Cuando André está intentando comunicarle a su esposa, por escrito, su deseo de suicidarse, su mano humana comienza a mutarse en pata de insecto. Helene y nosotros somos conscientes, entonces, de que el proceso de mutación no puede ser invertido, de que la bestia insectoide está ganando la partida y apoderándose, poco a poco, de la cada vez más débil voluntad del hombre.

LA MOSCA ha sido incluida en la categoría de las llamadas monster movies, o películas de monstruos, que tanto se prodigaron en la ciencia-ficción fílmica de los años 50. Pero al contrario que la mayoría de aquellas producciones, LA MOSCA relega los efectos especiales a un segundo plano, apostando por la sugerencia a la hora de provocar desasosiego y terror en el espectador. Todo un acierto que demuestra, por enésima vez, que los efectos especiales no son tan importantes cuando se tiene una buena historia entre manos y el talento necesario para plasmarla en imágenes.

LA MOSCA tiene un final sorprendente, que no revelaré aquí para no fastidiarles la película a los que no la hayan visto todavía. El éxito del film propicio dos secuelas, rodadas en los años 60, que no aportaron nada a la excelente idea original, basada en un magnífico relato de George Langelaan. David Cronenberg realizó en los 80 una nueva versión, con Jeff Goldblum y Geena Davis como protagonistas, que gozó de mucho éxito. Esta película apostaba más por los efectos especiales, aunque el desarrollo dramático de la historia también estaba muy logrado. Al igual que su insigne predecesora, LA MOSCA de Cronenberg tuvo una secuela que no acabó de convencer.

David Al Hedison (André Delambre) es un actor muy competente, aunque nunca ha logrado alcanzar el status de gran intérprete. Su carrera ha sido bastante irregular y, dejando aparte la película que nos ocupa, ha actuado casi siempre como secundario en producciones comerciales de bastante empaque. Entre otros trabajos, fue Félix Leiter, el agente de la CIA amigo de James Bond, en VIVE Y DEJA MORIR y LICENCIA PARA MATAR, dos taquilleros films de la saga de 007. También debe destacarse la presencia de Vincent Price, un actor especializado en el género de terror, que en LA MOSCA, y sin que sirva de precedente, hace de bueno.

LA MOSCA, de Kurt Neumann. Un gran clásico de la ciencia-ficción de los 50, una película magistral que, como los buenos vinos, mejora con el paso de los años. ¿He dicho ya que, en lo que se refiere a la ciencia-ficción, cualquier tiempo pasado fue mejor?

© Antonio Quintana Carrandi, (798 palabras) Créditos Créditos