Lo primero que se ha de decir es que el póster de la película engaña. En él, se ven a Jude Law, Gwyneth Paltrow y Ángelina Jolie a la misma altura. Con esto se supone que los tres tienen la misma importancia. Pues no, el papel de esta última es meramente secundario, apareciendo en, únicamente, una cuarta parte del metraje. Eso si, en las ocasiones en que sale domina la pantalla.
Lo segundo es que ésta es tal vez la mejor película de ciencia-ficción pulp que se ha hecho en mucho tiempo, y está llena de muchísimas referencias a sus antecesoras. Así, la escena en que se presenta a la protagonista femenina, Molly Brown (Gwyneth Paltrow), recuerda mucho a algunas de CIUDADANO KANE. Y lo mismo ocurre con el amigo del protagonista, Dex (Giovanni Ribisi) que tiene una pistola muy parecida a la de FLASH GORDON.
Lo que si que es original es la aparición de la capitana de la RAF Franky Cook (Ángelina Jolie), a bordo de un gigantesco portaaviones aéreo británico, una de las primeras imágenes que aparecieron de la película y que no se puede evitar relacionar con la base de SHIELD, una especie de ejército privado que aparecía en un tebeo estadounidense de hace bastante tiempo.
Sobre el argumento, decir que está situada en 1939 con la llegada a Nueva York del dirigible Hindeburgh III. Sólo con esto, el espectador ya puede hacerse una idea de que van las cosas. Así, se pueden ver los típicos robots gigantes a los que se enfrentaba Superman, unos curiosos aviones cuyas alas se mueven como las de un pájaro, unos que son anfibios y otros ingenios que no mencionaré para no cargarme la película. Todo muy tecnopulp.
Desde que se hizo posible el uso de los ordenadores en el cine, cada vez fueron más las películas en las que se utilizó este avance, para las escenas difíciles o casi imposibles de rodar. Esta tendencia se ha ido fortaleciendo con el tiempo hasta llegar al extremo de esta obra, donde absolutamente todos los escenarios son virtuales. Lo único que no lo son, son los personajes.
Pero incluso esta afirmación no es del todo cierta, ya que sir Laurence Oliver, que interpreta al doctor Totenkopf, el malo de la película, murió en 1989. Pero como nunca se le ve en persona, el problema se ha solucionado seleccionado fragmentos de películas protagonizadas por él y poniéndoles nuevos diálogos.
Para recalcar que la acción pasa en los años 40, el color se ha atenuado, rodeándolo de una especie de niebla. Normalmente queda bien, pero a veces lo único que hace es molestar. Y también ocurre que, si bien en la mayoría de la película los fondos son creíbles, en algunos momentos se nota demasiado que son generados por ordenador y es una verdadera lástima.
Sobre los personajes, todos son arquetípicos. Especialmente previsible es la relación entre el Capitán Sky (Jude Law) y la reportera, y las puyas mutuas. Pero no por eso deja de ser ciertamente divertida. El argumento, aunque esconde algunas sorpresas, también sigue los cauces habituales. Poco se puede decir en su contra, excepto que una aparición de Dex es un poco forzada y roza los límites de la suspensión de la incredulidad.
Se han señalado homenajes a dos películas clásicas. Pero lo cierto es que hay muchas más y se podría hacer una apuesta de a ver quien es el que encuentra un mayor número de ellos. Por ejemplo, aparece un cañón con un tronco cruzándolo que es idéntico a una escena de KING KONG. También está el ataque a la base aérea que recuerda a PEARL HARBOR, y la ciudad que se parece a la Naboo de StarWars. Y se podrían señalar otros muchos.
Volviendo a lo técnico, un aspecto importante es que aunque aparecen aparatos que superan lo conocido en esos momentos, otras cosas si que corresponden al año en que está ambientada. Por ejemplo, Nueva York está excelentemente recreada y cuando en un momento determinado sale un cine, la película que se está proyectando es EL MAGO DE OZ, que precisamente fue estrenada en 1939.
En resumen, una excelente película de ciencia-ficción, con mucha acción y algunos toques de humor repartidos aquí y allá, que no pierde gancho en ningún momento y que tiene una duración perfecta entre lo demasiado corto y lo demasiado largo. Y para acabar, una última pregunta. ¿Por qué ahora todas las peleas cuerpo a cuerpo recuerdan en un momento u otro a las de MATRIX?