LOS HOMBRES DE VENUS
LOS HOMBRES DE VENUS George H. White
Título original: ---
Año de publicación: 1953
Editorial: Silente, Ciencia-Ficción
Colección: La Saga de los Aznar nº 1
Traducción: ---
Edición: 2 de marzo de 1999
Páginas: 345
ISBN:
Precio: 15,63 EUR

Aunque la actual situación política española lleve al neófito a tomarse a rechufla el nombre genérico de esta monumental saga, no debe engañarse acerca de los contenidos e intenciones que se ocultan tras el apellido del presidente del gobierno.

Lo cierto es que si éste país tuviera algo más de conocimiento y respeto por su literatura popular, la rechufla se hubiera producido cuando José María Aznar se entronizó en la Moncloa y los chistes acerca de las puertas del futuro que se abrían y la nueva épica imperial (por la que, pese al giro al centro, muchos de sus correligionarios aún suspiran) y cósmica que se abría para España hubieran estado en boca de unos y otros.

Sin embargo no fue así. La Saga de los Aznar y su autor, Pascual Enguídanos Usach, más conocido como George H. White o Van S. Smith, pertenecen al mundo de las novelitas de a duro que ilustres de la literatura de kiosko, como Marcial La Fuente Estefanía y Corín Tellado, cultivaron con un ahínco y una productividad que hace pensar más en un colectivo de autores asociados a un pseudónimo que a la laboriosidad de un solo autor.

No es el caso de Pascual Enguídanos y La Saga de los Aznar. Aunque la calidad irregular, y en algunos casos ínfima de algunas novelas, hace sospechar a algunos expertos (aunque son sospechas no confirmadas) que al menos una de las novelas que aparecieron bajo los pseudónimos de George H. White y Van S. Smith no son de su autoría, no hay duda de que todas las demás son producto de éste autor valenciano que creó un universo en el que las aventuras se sucedían sin cesar y las magnitudes (¿en que otra obra se puede leer con naturalidad que en las batallas intervengan MILLONES de astronaves por ambos bandos?) se escapan incluso a lo que los más preclaros autores del género han llegado a imaginar.

Y no sólo eso, inventos como la Diamantina (material cristalino casi indestructible), la Dedona (metal superdenso con propiedades electro-antigravitatorias) o las Karendon (máquinas duplicadoras antecesoras, mucho más funcionales, de los transportadores de Star Trek) se adelantaron a lo que autores de más campanillas pergeñaron años más tarde.

Tampoco hay que engañarse respecto a lo que es literariamente La Saga de los Aznar, el estilo, al menos en estas tres primeras novelas, es tosco y se resiente de la premura con la que los autores debían entregar sus obras a los editores y de las sucesivas reescrituras, (esta edición reproduce la segunda época de La Saga, en los años 70) además de presentar a unos personajes sumamente estereotipados y la resolución de las situaciones es tan favorable para los protagonistas como inverosímil en su desarrollo.

¿Pero qué más da? El principal objetivo de estas novelas; entretener y maravillar, se consigue plenamente, el lector obvia ser perfectamente consciente de que tiene entre manos un producto estilísticamente deficiente porque la otra componente, y quizá más importante de cualquier narración, el entretenimiento, está plenamente lograda.

En una época en la que la radio y el cine eran los únicos medios audiovisuales de los que se disponían, sólo los tebeos y estas novelitas de a duro eran capaces de evadir al españolito de los 50 de la dura realidad que le tocaba vivir día a día.

Y como buena Space Opera La Saga de los Aznar lo consiguió, y con más éxito que el resto de sus competidoras. Probablemente la razón principal sea que, como él mismo confiesa, el propio Enguídanos apenas había leído nada de la ciencia-ficción que llegaba desde Estados Unidos (por aquel entonces lo mejor de la Edad de Oro) y la falta de influencias hacía que su universo fuera más original, rico e imaginativo. No, desde luego, riguroso en el plano científico (aunque al respecto, Enguídanos mantuvo una línea ciertamente respetuosa, dentro de sus posibilidades y conocimientos) pero si trepidante en el plano aventurero de sus relatos. Todas estas virtudes hicieron que La Saga fuera reconocida como la mejor serie de ciencia-ficción publicada en Europa en la Convención Europea de Ciencia-Ficción de 1978, en Bruselas.

En esta edición de Silente titulada genéricamente LOS HOMBRES DE VENUS, se recopilan la novela del mismo título, EL PLANETA MISTERIOSO y CEREBROS ELECTRÓNICOS. Las tres primeras novelas de, como ya he dicho, la segunda edición de La Saga de Los Aznar (en la primera, entre EL PLANETA MISTERIOSO y CEREBROS ELECTRÓNICOS, se publicó LA CIUDA CONGELADA, quedando finalmente refundidas las tres entre los dos primeros títulos) En esencia tratan el primer encuentro de la humanidad con los que durante toda la saga serán sus archienemigos; los thorbods, que asentados en Venus (un Venus, dicha sea la verdad, muy ajustado al estereotipo selvático) esclavizan a los habitantes originales del planeta y, de cuando en cuando, hacen incursiones a la Tierra para establecer una cabeza de puente que les permita en un futuro no muy lejano invadirla.

Aquí es donde aparece el primer Aznar; Miguel Ángel Aznar de Soto, (para mi gusto, un tiparraco más chulesco que heroico) que reclutado casualmente por una agencia de la ONU para la expedición que investigará los extraños avistamientos de OVNIS producidos en el Himalaya, desbaratará junto al resto de la expedición los malignos planes de los thorbods. Yendo más allá, y gracias a la megalomanía del millonario Harry Tierney, Miguel Ángel Aznar se verá envuelto en una expedición privada a Venus con la intención de descubrir el origen de los extraños visitantes descubiertos en el Himalaya. Como es natural, el viaje acaba con el éxito de los humanos en su incursión en Venus (levantamiento incluido de la oprimida población indígena contra los thorbods opresores), pero de vuelta a la Tierra un planeta errante atrae a la nave de los expedicionarios, produciéndose un accidente del que escapan con vida por muy poco y tras el cual, y habiendo sobrevivido a las duras condiciones climatológicas (está completamente helado) del planeta, y a sus robóticos habitantes, descubren sorprendentes datos acerca de los recién liberados habitantes de Venus.

Como se puede entrever por este breve resumen, acción y aventura a raudales, mínimo rigor científico pero entretenimiento asegurado. Lamentablemente esta edición es limitada hasta extremos minimalistas (¡100 ejemplares!) y, en proporción inversa al número de ejemplares, francamente cara (2.600 pesetas) Eso sí, Pedro G. Bilbao la ha cuidado mucho, y pese al aspecto exterior de antiguo libro de texto de física, y la nutrida colección de erratas que la pueblan, es digna de cualquier editorial profesional.

© Francisco José Súñer Iglesias, (1.087 palabras) Créditos