MARCHANDO UNA DE ZOMBIS
por José Becerra Gómez
APOCALIPSIS Z

Hace poco cayó en mis manos una novela desconocida totalmente, ZOMBIE ISLAND, de un no menos desconocido autor, David Wellington. Como quiera que soy muy aficionado al género zombi en su versión fílmica (masoca que es uno, porque me he tragado cada bodrio), le metí mano a la susodicha obra. Y, ¡sorpresa! estaba francamente bien. Entendedme, no es que sea para tirar cohetes, pero después de tantas decepciones con películas infumables sobre zombis me encuentro con una novela que, si bien es muy lineal, trata el tema con un muy correcto sentido de la proporción, sin pararse más de lo de lo necesario en la descripción de escenas de casquería y describiendo las emociones del prota sin necesidad de dedicar capítulos enteros a lo que sintió a los siete años cuando un camión atropelló a su perrito. No sé si me explico.

Animado por el éxito, me hice con GUERRA MUNDIAL Z, de Max Brooks, del que no voy a decir que es hijo de Mel Brooks y Anne Bancroft porque me imagino lo que jode que ser hijo de padres famosos. El amigo Brooks se construye su Armagedón con un original estilo. La novela no tiene capítulos ni narrativa lineal, sino entrevistas: docenas de entrevistas con los más variopintos supervivientes de la guerra, en las que cada uno de ellos describe (o no) sus actividades, pensamientos, temores y esperanzas durante el desarrollo de la misma. Este formato me recuerda un poco el PUENTE MENTAL de Joe Haldeman y un bastante el MANHATTAN TRANSFER de John Dos Passos. Tiene su encanto, aunque deja un sabor de boca como de historia desaprovechada. A veces soy demasiado clásico.

Buscando más muestras de esta temática por la red, me encuentro con la grata sorpresa de que también hay españoles que escriben sobre zombis y, además, con un cierto éxito. Pues nada, como canta la selección española de fútbol: ¡A por ellos, oé! El primer ejemplar que encuentro es de un gallego, Manel Loureiro, y se titula APOCALIPSIS Z. Hummm, mal empezamos, con ese título tan poco original. Que no cunda el pánico, es una falsa alarma. Apenas comienzo, la lectura me atrapa y me sumerjo en las aventuras y desventuras (más de lo segundo que de lo primero) del protagonista con una energía que hacía tiempo que no sentía. Explico esto último: suelo leer en la cama por falta de tiempo y de lugar más cómodo, y esta novela me ha hecho desear que llegue la noche (o la siesta si no es día laborable) para retomar la lectura.

En este caso, el autor usa la estructura formal de diario para narrarnos lo que le pasa a una persona normal y corriente cuando el mundo se va al carajo, y además sin avisar (ríete tú de la crisis actual). A pesar de un bache en la parte central de la obra, en que baja la intensidad del relato, se trata de una publicación bastante recomendable.

Hasta aquí llevo leído. Me queda la segunda parte de Loureiro, APOCALIPSIS Z: LOS DÍAS OSCUROS, LOS CAMINANTES, del madrileño afincado en Málaga Carlos Sisí (que promete bastante) y SEPTIEMBRE ZOMBI, de David Moody (cuyos derechos para el cine fueron adquiridos por Guillermo del Toro, lo que me da una pista sobre su calidad). Añadir también los siete tomos de RESIDENT EVIL (no digo lo que pagué por ellos porque me da vergüenza). O sea, que tengo para irme con mis muertos un buena temporada.

Un apunte: lo bueno que tienen los libros de temática zombi es que suelen encontrarse en los expositores de Ofertas y Liquidación, con el consiguiente ajuste de precio.

Por otra parte, acabo de cascarme los seis capítulos que han emitido por la televisión de pago (ahora comienzan a emitirla en abierto) de la serie The walking dead que, como su nombre indica, va de muertos vivientes. La recomiendo fervientemente. Es absolutamente romeriana (me refiero a George A. Romero, no al Faraón de Camas) , tanto en su fondo como en su forma. En maquillaje se han gastado una pasta porque los muertos son de lo mejorcito que he visto en mucho tiempo, el guión es razonable (en este género no suele ser la parte más trabajada por el poco margen de maniobra) y los actores se comportan como si de una película honesta se tratara (que para mí ya es bastante). El final de esta primera temporada ha quedado totalmente abierto, con lo que espero impaciente el comienzo de la segunda. Además, los No Muertos son de los que andan (y malamente además) y no del tipo Carl Lewis, como en AMANECER DE LOS MUERTOS o en 28 DÍAS DESPUÉS. Como ya comenté antes, soy muy clásico.

Mi conclusión es clara: los hombres-lobo y los vampiros han pasado de moda. Ahora lo cool son los zombis.

© José Becerra Gómez, (803 palabras) Créditos