LA MALDICIÓN DE LOS DAIN
LA MALDICIÓN DE LOS DAIN Dashiell Hammett
Título original: The Dain Curse
Año de publicación: 1929
Editorial: Alianza Editorial
Colección: El libro de bolsillo BA 0673
Traducción: Fernando Calleja
Edición: 2002
Páginas: 250
ISBN:
Precio: 7 EUR

El agente de la Continental es un héroe atípico dentro del muestrario de detectives privados de la novela negra clásica. Por supuesto es un tipo duro y que ha ido y vuelto unas cuantas veces de casi todos los sitios, pero no se trata de la habitual mole de uno noventa y cien kilos habituado a tumbar de un puñetazo al boxeador más curtido, o de un imperturbable castigador capaz de rendir a sus pies a la rubia despampanante de turno.

El agente de la Continental puede que pese esos cien kilos, pero es un tipo tirando a gordo y para nada atlético. Su cinismo es más práctico que amargo. Ha visto ya tantas cosas que un episodio sórdido más no le conmueve en absoluto. Gracias a esa displicencia, a esa profesionalidad, al cabo, como consigue sobrevivir imperturbable a aventuras como la de esta novela.

En un principio se trata de un vulgar robo, un ladrón asalta la casa de Edgar Leggett, un químico especializado en los tintados, llevándose una serie de diamantes que un joyero le había prestado con la esperanza de que Leggett pudiera teñirlos para aumentar su valor. El experimento es fallido y, como es de esperar, el robo de los diamantes no es lo que parece, tras él se esconde una sórdida historia que saca a la luz una buena cantidad de trapos sucios, entre ellos la maldición de la que habla el título.

Nuestro hombre resuelve este primer caso con efectos dispares, muertes, locuras, drogadicciones y otras cuestiones inconvenientes sacadas a la luz acaban con la mejor reputación, pero él no está para cuidarse de esas cosas, está para recuperar la inversión de sus clientes.

Como el asunto ha quedado en realidad más embrollado de lo que había empezado, recuperación de los diamantes no obstante, nuestro hombre es requerido nuevamente en dos ocasiones para sacar del apuro a los Leggett y familia, en una ocasión para rescatar a Gabrielle Leggett (hija de Edgar y supuesta depositaria de la maldición) de las manos de una secta y nuevamente cuando Gabrielle, apartada del mundanal ruido en un pueblecito de la costa, está en peligro de ser asesinada como colofón final de toda una serie de conspiraciones y contraconspiraciones con ella como eje central.

Si hay algo que no se pueda decir de esta novela es que resulta aburrida. A una media de muerto cada veinte páginas, y el agente de la Continental descubriendo trapos sucios (sucísimos) cada diez, la acumulación de sucesos es tal que a veces resulta complicado seguir la narración. No es tan confusa y deslavazada como la de LA LLAVE DE CRISTAL, pero cuando los personajes empiezan a ser multitud y aparecen y desaparecen con un intervalo muy amplio, sobre todo si son secundarios que apenas sirven más que para dar un par de detalles clave en la narración, la confusión es evidente.

En cualquier caso, no es EL GRAN GOLPE, pero si un buen Hammett.

© Francisco José Súñer Iglesias, (492 palabras) Créditos