Vela de Luz

Las estrellas emiten una enorme cantidad de materia y energía durante toda su vida, es lo que se llama viento solar. No resulta descabellado entonces pensar que es posible utilizar esas emisiones de las misma forma que se ha utilizado el viento en la Tierra desde los primeros tiempos de la navegación, esto es; como fuerza impulsora.

Esto se consigue mediante enormes velas de luz, que aprovechan la presión de la radiación y recogen el viento solar y, gracias a ello, arrastran la cápsula donde se encuentra la tripulación, la carga y el pasaje.

Teniendo en cuenta el débil empuje producido por la presión de radiación y lo tenue del viento solar, el tamaño de las velas de luz se mide por kilómetros cuadrados, la aceleración que se consigue con ellas es ínfima, y su maniobrabilidad es muy pequeña, además de que por su principio de funcionamiento, sólo pueden ser utilizadas para alejarse de las estrellas y no para acercarse a ellas, aunque siempre es posible utilizar técnicas de navegación a sotavento

Sus principales ventajas son la de utilizar un combustible virtualmente gratuito, ser relativamente baratas de construir y, aunque no es algo exclusivo, la velocidad adquirida se mantiene casi constante en un medio prácticamente carente de rozamiento.