Arma corta imaginada por el novelista riojano Luis García Lecha (Clark Carrados, Glenn Parrish, Louis G. Milk)
La pistola térmica es un arma de fantasía que emite una descarga de calor de intensidad regulable. Este arma va equipada con un generador de temperatura y un proyector que concentra la descarga calórica. Graduada a su máxima potencia, el rayo calórico puede convertir a un hombre en una tea, carbonizándolo en cuestión de segundos. A mitad de potencia es capaz de matar, si se alcanza a una personba en puntos vitales, y a poténcia mínima, produce dolorosas quemaduras.
Los protagonistas de las novelas de ciencia-ficción de Lecha utilizan este tipo de arma ampliamente. No obstante, y según nos cuenta el autor en su obra ENIGMA, nº 576 de la colección La Conquista del Espacio, de Bruguera, publicada en agosto de 1981, la pistola térmica, a pesar de ser un arma terrible a cincuenta o sesenta pasos de distancia, tiene un grave defecto. Es bastante inestable, por lo que un golpe de mediana potencia puede provocar la súbita expansión del gas térmico contenido a elevada presión, provocando una explosión y matando al hombre que la empuñe. A veces, si el arma es vieja o está descuidada por su propietario, basta que caiga al suelo para que estalle. Un buen tirador, empleando un arma de proyectiles convencionales, es capaz de deshacerse de sus enemigos disparando contra sus armas térmicas, ya que el impacto de una bala vulgar y corriente las hace estallar como si fueran granadas. Por otra parte, el mecanismo de este tipo de armas necesita emplear un segundo y medio o dos para rellenar el dispositivo de disparo. Si la última descarga de la pistola fue a máxima potencia, este intervalo de tiempo puede prolongarse hasta los tres segundos. En situación de combate esto puede resultar fatal, pues en ese tiempo, un enemigo equipado con un arma de combustión química o de repulsión electromagnética puede disparar al menos un par de veces.
Es importante recordar que la pistola térmica nada tiene que ver con las armas láser o desintegradoras, pues estas se basan en tecnologías distintas y más avanzadas.