Conjunto de operaciones por las que un producto pasa al consumidor.
Entre este tipo de operaciones se encuentra la técnica de vender mercancías de escaso valor (mecheros, llaveros, cromos, muñequitos, etc.), estampadas o grabadas con motivos alusivos a una obra o personaje famoso, mediante la cual, las empresas dedicadas al negocio del espectáculo y el entretenimiento, pretenden obtener ingresos extra aprovechando la popularidad del fenómeno promocionado, que puede ir desde los personajes de una película hasta una estrella deportiva.
Steven Spielberg fue quien elevó este fenómeno a la categoría de virtuosismo en sus películas, sacando más dinero por toda ésta parafernalia que por las propias películas. PARQUE JURÁSICO batió récords de recaudación por este motivo. Hoy en día, cualquier superproducción del género que se precie acude al merchandising.
El precio de venta de los productos mencionados, por el mero hecho de portar el motivo alusivo, es absurdamente desproporcionado, no siendo extraño encontrar artículos con un precio superior a diez veces su valor real. La eficacia del método es tal, que incluso la Iglesia viene utilizándolo desde hace mucho en forma de las famosas estampas de santos y medallas alusivas.
El proceso está fiel y cruelmente reflejado en EL HOMBRE QUE VENDIÓ LA LUNA de Heinlein. Aunque los fines son menos reprobables, pues se trata de obtener fondos para llevar al hombre a la luna y conseguir así la colonización de nuestro satélite, los medios son igual de cuestionables.