Ciborg
CONTRA EL INFINITO

Un ciborg (o cyborg, según la terminología anglosajona) es un ser en parte biológico y en parte mecánico. Para que un ciborg sea tal, y no una máquina con partes biológicas, es necesario que todas o parte de las funciones de control residan en el cerebro biológico del ser transformado en ciborg.

Generalmente, la transformación en ciborg suele ser causada por un accidente o enfermedad (en el caso de seres inteligentes) que ha deteriorado en gran medida el cuerpo dejando el cerebro, sin embargo, lo bastante intacto como para aprovechar sus capacidades en el control de la maquinaria que sustituye al cuerpo destrozado tal como ocurre en la serie de películas ROBOCOP, donde un antiguo policía con el cuerpo destrozado tras un atentado es convertido en un ser mitad mecánico, mitad orgánico. Un planteamiento similar aparece en el relato LOS CABALLEROS DEL POBRE ARTURO, de Frederik Pohl, donde en un mundo postatómico a las personas que han sufrido daños irreversibles en el cuerpo, pero no en el cerebro, se les utiliza (a los cerebros) para controlar todo tipo de artilugios, desde centrales térmicas hasta trasatlánticos.

En el caso de animales, lo más frecuente es encontrarse ejemplos de potenciación de las capacidades de los mismos mediante la sustitución del cuerpo biológico dejando únicamente el sistema nervioso central. Un ejemplo es CONTRA EL INFINITO, de Gregory Benford

Un tercer caso es el de la captura y transformación por parte de los malos de turno, como ocurre con los borgs de STAR TREK, donde se produce un proceso deliberado de asimilación de seres originariamente orgánicos.

El primer y tercer caso suelen dar lugar a líneas argumentales de gran dramatismo aprovechando los conflictos entre la inteligencia viva y la mecánica. Menos frecuente resulta encontrar un cuarto caso en el que el ciborg es tal a causa del un cambio planificado y consciente de las partes biológicas por partes mecánicas tal como ocurre en HOMO PLUS, la conocida novela de Frederik Pohl, donde el protagonista es modificado para adaptarlo a las hostiles condiciones ambientales del planeta Marte

Sumamente original, por tratarse justo del caso inverso al habitual, resulta ser el planteamiento de EL HOMBRE BICENTENARIO, una novela corta de Isaac Asimov de la que recientemente se perpetró una infame adaptación cinematográfica: Aquí Andrew, originariamente un robot, va siendo transformado poco a poco en un ser humano al ser reemplazados sus componentes metálicos por órganos vivos... Excepto, claro está, su cerebro positrónico

Tampoco la televisión ha sido ajena a estos temas, ya que al menos dos series tenían como protagonistas principales a los ciborgs: EL HOMBRE DE SEIS MILLONES DE DÓLARES y LA MUJER BIÓNICA. En la primera el protagonista sufre un accidente que le obliga a sufrir una reconstrucción casi completa. En la segunda, la mujer biónica recibe ambas extremidades y las orejas. En ambos casos, los personajes adquieren superpoderes gracias a los órganos mejorados que reciben. El tema de los ciborgs ha sido abordado asimismo por los autores españoles de ciencia-ficción, pudiéndose reseñar el caso de los eternos descritos en la Saga de los Aznar: En este caso se trata de humanos que, cercanos ya a su muerte, trasplantan sus cerebros a unos cuerpos metálicos, lo que les provee de una virtual inmortalidad sólo desaparecida cuando falla el complejo sistema artificial que los mantiene con vida

© Francisco José Súñer Iglesias (553 palabras) Créditos