Avatar posee varios significados además de cambio o vicisitud. Para los hindúes un avatar es la reencarnación de una deidad en un ser terrestre.
Dentro de la ciencia-ficción el término se ha aplicado en el sentido de reencarnación o transformación de un personaje en otro. Esto no tiene por qué suceder en el mundo real, y así en SNOW CRASH, de Neal Stephenson, un avatar es un cuerpo audiovisual virtual, una pieza de software empleada por los usuarios del Metaverso, un ciberespacio en 3D en el que el usuario elige un avatar que lo represente, desde un caballero ninja a un pene parlante, y con una calidad que oscila de lo increíblemente detallado a lo increíblemente cutre.
Frederik Pohl va más allá en La Saga de los Heechees, donde es posible realizar copias informáticas tan exactas de los humanos que son incluso capaces de sentir, lo que plantea el dilema de si será éste el camino que la evolución humana siga en el futuro.
Otro tipo de avatares son los que ha elaborado Michael Moorcock para sus novelas. Temeroso de que su personaje Elric de Melniboné le sobrepasase en fama decidió elaborar otros personajes que fuesen los alter egos de Elric en otras novelas.
En la sección de juegos podemos destacar ULTIMA ONLINE, un clásico de los RPG (Role Playing Games) para ordenador. El juego reproduce un universo paralelo, Britania, con los típicos demonios de la literatura fantástica. La forma en que se comunica el jugador con el juego es a través de Avatar, su encarnación en el juego. El éxito ha sido tal que este programa tiene 12 entregas, incluida la versión en la red, y numerosas referencias literarias.