Astrogación
JONES, EL HOMBRE ESTELAR

Acrónimo de astronavegación. En la literatura clásica del género, rama de la astronáutica que se ocupa de la navegación interestelar.

La astrogación es, en esencia, una triangulación mediante la cual, y tomando como referencia las magnitudes de tres estrellas registradas en los mapas estelares, se puede determinar la posición relativa de una nave respecto a ellas. Del mismo modo, conociendo las coordenadas de cada una de esas estrellas, se puede obtener la posición absoluta o coordenadas reales del punto de medición; es decir, la posición exacta de la nave en el espacio.

Los navegantes que se ocupaban de los cálculos de astrogación recibían el nombre de astrogadores y poseían una completísima formación matemática y astronómica. El oficial astrogador fue un personaje omnipresente en las novelas del género durante la etapa conocida como La Edad de Oro. Todas las naves que aparecían en aquellas obras llevaban uno o dos astrogadores al menos; más si se trataba de navíos de grandes dimensiones. En general, los capitanes de las naves estelares eran también astrogadores. Asímismo, era habitual que los expertos en astrogación se agruparan en Hermandades o Gremios para preservar sus conocimientos, considerados casi como un arte. Un ejemplo de esto lo tenemos en JONES, EL HOMBRE ESTELAR, de Robert A. Heinlein. En DUNE, de Frank Herbert, los astrogadores han creado una poderosísima organización, la Cofradía Espacial, que ostenta el monopolio absoluto de la navegación interestelar y que guarda celosamente los secretos de su ciencia. La Cofradía actúa casi como una empresa omnipotente, capaz de influir en la política interestelar hasta el punto de ser uno de los pilares sobre los que reposa la estructura de la civilización descrita por Herbert.

Con el desarrollo de la informática avanzada, los cálculos de astrogación pasaron a ser realizados por robots u ordenadores, desapareciendo así la romántica figura del oficial astrogador de la literatura de ciencia-ficción

© Antonio Quintana Carrandi,
(311 palabras) Créditos