Se trata de la operación que consiste en unir dos naves espaciales. El proceso se inicia con una cita espacial durante la que ambas naves se aproximan hasta conseguir una velocidad relativa nula.
Los técnicos de la NASA distinguen dos tipos de amarre: hard-docking (amarre sólido) que consiste en unir y anclar físicamente los dos vehículos espaciales, y soft-docking en el que la maniobra se limita a enlazarlos mediante un cable.
Amarres espaciales notables fueron el Apolo-Soyuz y las visitas a las estaciones orbitales Salyut, Mir, Skylab y la actual estación orbital internacional, o las citas espaciales del transbordador espacial con el telescopio Hubble, para repararlo, o para recoger algunos satélites averiados.
En la ciencia-ficción, el amarre espacial es una componente rutinaria de los relatos espaciales, y va desde el tranquilo amarre de naves con estaciones orbitales o entre si (2001, UNA ODISEA DEL ESPACIO, BABYLON 5) hasta asombrosos y casi imposibles abordajes en obras de corte militarista o en la propia space-opera