Número 186 de la colección y, según todos los indicios, una de las novelas favoritas de su autor a juzgar por la redacción de la presentación de la misma en la contraportada del número anterior. Esta novela fue también la primera reeditada en la continuación de La Saga de los Aznar, correspondiéndole en esta ocasión el número 34.
Esta novela, al contrario de lo que resultaba habitual en las colecciones populares de ciencia-ficción, hace mucho hincapié en la faceta humana de los protagonistas al tiempo que la narración tiene realmente poco de ciencia-ficción en el sentido más tópico de la palabra, invirtiéndose pues la tendencia habitual que hace de los protagonistas unos meros esbozos al servicio de la aventura.
Pero pasemos a la narración. El protagonista principal es un gigante de más de tres metros de altura, nacido en una aldea de pescadores de la costa atlántica de Estados Unidos, cuya única salida personal es trabajar en un circo. El doctor Main al que hace alusión el título es un conciudadano y amigo suyo, prácticamente el único con el que cuenta, y siempre tendrá un papel secundario. El gigante se ha adaptado mal que bien a su situación cuando descubre su verdadero origen: Es hijo de los reyes de Marte, exiliados en la Tierra (y muertos poco después) a causa de un golpe de estado promovido por su tío. Criado por unos fieles servidores terrestres (aquí Enguídanos retoma su tema habitual de los terrestres secuestrados por los marcianos y creadores de una colonia extranjera en el planeta vecino), el gigante sólo conoce su verdadero destino a la muerte de aquél que hasta entonces considerara como su padre.
Como da la casualidad de que el gigante posee además poderes telecinéticos que le permiten levitar objetos e incluso a él mismo, ni corto ni perezoso se construye una astronave de la cual será él el propio motor, llevándose con él al doctor Main y a la chica que, como cabe suponer, se tendrá que casar con este último.
Cuando llegan a Marte, allá por la página noventa, tendrán que zanjar la aventura en poco más de treinta páginas, lo que por otro lado es bastante habitual en el autor. El tío del gigante continúa reinando de manera despótica, pero puesto éste en contacto con la resistencia (llamémosla así) marciana, conseguirá derrocarlo de una manera bastante insulsa recurriendo a prácticas más o menos similares a las de Gandhi, lo cual en una novela como ésta queda un tanto ridículo.
Recuperado ya su legítimo trono el gigante se despedirá de sus amigos devolviéndolos a la Tierra. Y colorín colorado en una novela interesante quizá desde el punto de vista humano, pero francamente mediocre en lo que a la ciencia-ficción propiamente dicha se refiere.